Y frente al aumento de ancianos, en los jóvenes sucede justamente lo contrario. Habrá 30.700 menos dentro de un decenio. De los 429.018 malagueños de entre 15 y 34 años que hay hoy, pasaremos a 398.300 en 2015. La tan comentada lacra del paro juvenil caerá por su propio peso, dirán los optimistas.

 

 

Serán menos los que estén en una edad susceptible de  cotizar por ocupar un puesto de trabajo (entre los 16 y los 64 años): del 69,8% de la población al 68,7% en 2015.

 

También se reducirá la población infantil, aunque levemente, que supondrá el 15,7% de los malagueños frente al 16,2% actual. En cuanto a los niños, el aumento en el tramo hasta los nueve años es superior al del siguiente tramo. De cero a nueve años se pasará de 146.241 a 168.200, mientras que entre los 10 y los 14 habrá 84.800 jóvenes en 2015, frente a los 77.800 de hoy. Esto afectará tanto a institutos como a universidades, así como al propio mercado de trabajo.

 

Los terceros que más envejecen en Andalucía: Los mayores de 65 años sólo crecerán más en Cádiz y Sevilla.

 

1.612.025 malagueños: Actualmente hay 1.385.046 habitantes en la provincia, el 15,6 % serán mayores.

 

 

Mayor esperanza de vida, jubilaciones anticipadas (sobre todo forzadas por las empresas)... Todo ello hace que aumente la población de mayores y ancianos, aunque especialmente de ancianas, porque las estimaciones dicen que en 2015 vivirán en Málaga algo menos de 109.064 hombres de 65 o más años y nada menos que 142.772 mujeres. Habrá más gasto en pensiones, más servicios sociales que atender. Y si la población joven disminuye como se prevé... El debate y el reto están servidos.