El caso del fraude de las autoescuelas ya tiene veredicto. Ayer, la Audiencia Provincial de Alicante hizo pública la sentencia que obliga a los 23 alumnos implicados a devolver a Tráfico la licencia de conducir por la que pagaron para que les aprobaran.

El castigo más duro recayó sobre un funcionario de Tráfico, al que se condena a cinco años por un delito continuado de falsificación de documento público. La sentencia impone a dos propietarios de autoescuelas de Moraira y Alcoi (ex alcalde de Benimarfull) sendas penas de cuatro años por un delito de cohecho.

Los jueces consideran que el funcionario, coordinador-examinador para pruebas teóricas y prácticas, y «en al menos siete ocasiones desde 2001 hasta 2002, cobró de la autoescuela Jordá (en Alcoi) 480 euros» cada vez que corregía los exámenes y aprobaba a sus alumnos (con más fallos de los permitidos) o les anticipaba los tests.

Y que el dueño de una autoescuela de Moraira le regalaba vino y «en dos ocasiones dinero, 300 y 400 euros, por facilitarle el número del cuestionario» y por aprobar a alumnos a la ligera. También han condenado a dos profesores, hijos de Jordá, a dos años de prisión, por consentir los pagos y por proponérselo a los alumnos.

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