El escenario es donde se siente más cómodo porque, para él, "el directo es lo mejor de la música". Melendi llegará este sábado a Peñafiel para presentar los temas de su tercer disco, Mientras no cueste trabajo, una gira que ha comenzado suave pero que se endurece a partir de ahora.

¿El éxito de Melendi se debe a que es tan natural como aparenta?

Todo tiene que ver. Es importante la manera que tiene de verte la gente. Lo que cuentas tiene que estar relacionado con lo que eres, que se vea cercano para que la gente se lo crea.

¿Es posible seguir siendo uno mismo cuando llega la fama?

Lo que cambia son determinadas costumbres. Yo era un apersona muy independiente, que me gusta tener mi libertad, y ahora tengo escoger muy bien dónde voy. A pesar de todo, sigo siendo el mismo que antes.

¿Cómo se consigue?

Depende de cuándo te pille. Es bueno que te coja un poco mayor y con las cosas asentadas. Si tienes 16 años y estás sin hacer, es un poco peligroso porque todo el mundo te dice que todo está bien. Hay que darse cuenta de que no siempre te dicen la verdad y que no es oro todo lo que reluce.

¿Cómo será el concierto del sábado?

Pues muy bonito, jajaja. Llevamos una escenografía muy currada con doce músicos en el escenario. Procuramos que el concierto no decaiga en ningún momento. El público tiene que colaborar, cantar y bailar. Y eso es lo que lo hace más bonito.

¿Qué todo el mundo cante tus canciones es lo mejor?

Es lo mejor de la música. Llevar las canciones al escenario. Es lo que más le gusta a cualquier músico, por lo que realmente estás en este mundillo.

¿Se oirán también tus discos anteriores?

Sí, habrá espacio para lo mejor del último disco, que es el que estoy presentando, y luego todas las canciones que han sonado y la gente más conoce. La verdad es que son dos horas de concierto y da tiempo a casi todo. Pocas cosas se quedan fuera..

¿No se cansa uno de repetir siempre las mismas canciones?

Ahora no porque estamos más fresquitos y es el comienzo de la gira, pero cuando llevas muchos conciertos sí. Piensas: ¡es que llevo seis años cantando lo mismo! Pero la gente quiere escucharlo y lo haces por el público. Si te piden a gritos que cantes una canción, pues la cantas.

¿Cambia el repertorio en cada concierto?

El repertorio se varía depende de la zona donde toquemos y lo que pida el público. Hay canciones que en determinadas zonas son un comodín. Se van cambiando según lo pide la gente. Cada concierto es personalizado, tiene que ser así.

¿Cómo se lleva no poder tener vacaciones?

Bueno, bien. Como son tantos años te vas acostumbrando.

Aunque ahora esté la gira en ebullición, ¿hay sitio para pensar en el próximo disco?

Las canciones están, se van creando poco a poco. Pero después de la gira española nos vamos a Sudamérica, así que el próximo disco tendrá que esperar. Supongo que estará para 2009, hay que dejar tiempo también para que la gente se oxigene.

De los tres discos, ¿cuál ha sido el más difícil?

El que más miedo da es el segundo. El primero lo sacas sabiendo que no tienes nada que perder. Puede funcionar o no. Pero cuando funciona el segundo es más complicado porque tienes unas expectativas. El tercero es más fácil, y el cuarto ya sale solo. A pesar de todo uno no se puede dormir. Si sacas un disco malo te vas abajo.

Campo municipal de fútbol La Cañada. Peñafiel. Sábado. 23 horas. 17 euros anticipada y 20 euros en taquilla.