En dos años, es la tercera vez que el bombero Francisco Saldaña acude a Pasillo de Atocha, 4. Ayer se produjo un incendio en esta céntrica calle de la capital, el quinto desde 2005 en una zona de inmuebles abandonados que frecuentan indigentes.

La clásica escalera de los bomberos fue necesaria para rescatar a dos hombres  que esperaban auxilio desde la tercera planta de este inmueble deshabitado. Sólo sufrieron un leve mareo, a causa del humo, y sus vidas no se vieron amenazadas directamente en ningún momento, según Saldaña. Ambas víctimas son indigentes y superan los 40 y los 20 años. Subieron al balcón de la última planta porque el humo, el mal estado de la escalera y las llamas en la planta baja cortaron la salida inferior.

«Si el incendio hubiera sido de madrugada, habría habido más gente pasando la noche allí y la situación se habría complicado», cuenta el bombero. Una gran cantidad de basuras se acumula en el interior. En 2005, tras dos incendios en quince días, se demolió el edificio contiguo al siniestrado ayer. Ahora, Urbanismo espera el informe de los Bomberos.