Las más entusiastas incluso acamparon –sin tienda de campaña– al lado de las taquillas, en la acera, y se quedaron allí pacientemente toda la noche para poder tener un buen sitio cuando se abrieran las puertas. Rocío Matos, una de sus fans sevillanas, por ejemplo, lo ha seguido hasta Antequera, Granada y Barcelona en varios de los conciertos de su gira española, a pesar de que las entradas cuestan 41 euros.

María del Mar Chávez, también sevillana, ha seguido a su ídolo hasta Alicante. Asegura que no le importa el cansancio, pues «es muy buen artista y muy guapo, es el mejor».

Noelia Pérez

Fan de Alicante. «Estoy aquí desde ayer (por el lunes) a las cinco de la tarde y en total serán 30 horas para ver a Ricky. Es un artista internacional, que no viene casi nunca por aquí, y aparte está buenísimo».

María Belén

Fan de Argentina. «Ha valido la pena estar aquí toda la noche porque lo sigo desde  su primer disco. Tengo la colección completa. Baila como nadie, canta muy bien, es una persona muy agradable y tiene carisma».