'Antípodas', con pinturas y fotografías del segoviano Alberto Reguera, se exhibe en el Instituto Cervantes de París

El artista Alberto Reguera (Segovia, 1961) expone en el Instituto Cervantes de París hasta el próximo año la muestra individual 'Antípodas', compuesta por doce pinturas y ocho fotografías.

El artista Alberto Reguera (Segovia, 1961) expone en el Instituto Cervantes de París hasta el próximo año la muestra individual 'Antípodas', compuesta por doce pinturas y ocho fotografías.

El título evoca el hecho de que la parte fotográfica, que se mezcla de manera perfecta con la parte pictórica, está integrada por imágenes tomadas durante sus viajes por Australia, Tasmania y Nueva Zelanda, en los años 2006 y 2007, con la excepción de una de ellas, tomada en Estados Unidos, en el parque nacional de Yellowstone.

El comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet, crítico de arte y director del Instituto Cervantes en París, indica que entre las instantáneas resultan sobrecogedoras especialmente las los glaciares neozelandeses, como el de Franz Josef, cuyo perfil se ha elegido como la imagen emblemática de la exposición.

Destaca asimismo aquellas del mar de Tasmania, en las cuales todo se reduce al horizonte, al estilo del pintor Mark Rothko. Todo ello, según subraya el autor, tiene su origen remoto en sus visiones de los fiordos noruegos, en los que pensó de inmediato cuando descubrió los de Nueva Zelanda. Reguera explica que las fotografías le sirven para reflejar el paisaje exterior, que le permite reconstruir a través de la pintura el paisaje interior.

Bonet añade que los cuadros de la muestra son de la máxima esencialidad y representan un adelgazamiento aún mayor de la pintura del artista segoviano. En algunas de las obras elegidas, asegura, llega de un modo "ejemplar" al 'menos es más' en que Mies van der Rohe cifraba el ideal de la modernidad.

"Son lienzos en perpetua expansión, abstractos, de dominante azul, con ecos de cielos blanquecinos de invierno cruzados por nubes —Reguera es gran 'contemplanubes' y degustador de cuadros de nubes de todos los siglos—, de nieves y hielo, de aguas de ríos en que se reflejan en esos cielos —la lección siempre del Monet de Giverny—, de horizontes marinos a propósito de los cuales hay que recordar que uno de sus compositores preferidos es Debussy, dentro de cuya obra le atrae especialmente 'La mer'", subraya el crítico de arte.

Reguera trabaja en estos momentos de manera simultánea la pintura expansiva, la instalación pictórica, el vídeo, la fotografía y el paisaje abstracto. No obstante, en esta exposición se ha centrado en las dos últimas.

En el mismo espacio expositivo 'Antípodas' genera un escenario entre ambas disciplinas que se complementan, enriquecen e interactúan entre sí, como si una fuera el espejo y otra el reflejo. En el espacio parece que cada pieza absorbe la luz de la creación que tiene en frente o al lado y permanece la resonancia de los sonidos pintados de estas obras, muy relacionadas con la abstracción lírica francesa.

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