Columpios rotos o ‘fantasmas’ (porque se los han llevado), pintadas en el suelo, suciedad... Éste es el panorama con el que se encuentran los vecinos de la zona de Nou Benicalap. Uno de sus parques, el ubicado en la plaza José María Giménez Fayos, tiene escasamente un año y ya presenta todo este tipo de deficiencias.

El parque contaba con diferentes clases de columpios, toboganes y zonas de juegos. Ahora la realidad es otra, sólo hay tres columpios y uno de ellos totalmente roto. Además, el suelo acolchado de la zona del parque infantil, como explican los vecinos, «los gamberros que vienen durante el fin de semana lo han destrozado, se han dedicado a romperlo y a dejar los trozos por ahí tirados».

Se busca valla

Una de las vallas protectoras de aluminio que separaba la zona de juegos infantiles de la vegetación del parque «desapareció de la noche a la mañana», según explicaron algunos vecinos a

Lo único que está intacto son «los árboles y porque no se los pueden llevar», comenta Esperanza, vecina de Benicalap. La pista de patinaje también se encuentra entera, pero el suelo parece un cuadro al estar repleto de pinturas con toda clase de signos y colores.

Peleas y mucho más

Por desgracia, éste no es el único parque que necesita un cambio radical, el de Benimar, Nazaret, tiene más de 40.000 metros cuadrados y las zonas en las que hay césped, éste está totalmente quemado. «Necesita una buena restauración y que la limpieza sea más efectiva y continua», afirman desde la asociación de vecinos Nazaret Unido. Este lugar lo aprovechan durante los fines de semana y por la noches para realizar peleas de perros y de gallos, como ya contó

En otros lugares, como Grau-Port, tampoco están contentos, puesto que la situación en la que se encuentran el parque infantil de Jesús de Medinaceli y el de la calle Bella «no es la más apropiada». La suciedad, y la falta de limpieza durante bastante tiempo, ha hecho que «muchos padres de la zona ya no quieren llevar allí a sus hijos», como explican desde la asociación de vecinos. Mientras, en el barrio de Fuensanta lo que falta y demandan los vecinos son zonas de juegos para sus hijos.

Lidia Cárdenas, 25 años, dependienta. «Los fines de semana viene demasiada gente al parque por la noche. Se ponen a cantar y a hacer todo tipo de tropelías. Nada más abrir el parque ha habido problemas, dejan los cristales rotos y lo pintan todo»

Elena Pérez, 49 años, funcionaria. «Al parque pocos niños pueden ir, está hecho un desastre. Hace poco tiempo que se llevaron una valla blanca que había para separar el parque de la vegetación. Es una lástima que no esté cuidada esta zona»

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