Grefa busca mediante una campaña informativa hacer del agricultor un agente activo en la lucha contra plagas de topillo

Prevé extender a Toro (Zamora) su proyecto de control biológico para impedir daños en los viñedos
Presentación de la muestra del Grefa
Presentación de la muestra del Grefa
EUROPA PRESS
Presentación de la muestra del Grefa

El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) ha lanzado una campaña sobre el control biológico de las plagas de topillo en Castilla y León a través de la cual pretende acabar con la falta de información que existe en torno a este asunto, así como impulsar al agricultor a participar activamente en la prevención y lucha contra este fenómeno natural, que dio lugar entre los años 2008 y 2009 a uno de los episodios medioambientales más "catastróficos" en la Comunidad.

La iniciativa se articula en torno a una exposición itinerante sobre los avances alcanzados en los últimos años, que se expondrá a partir de la próxima semana en las localidades segovianas de Aldea Real, Escalona del Prado y Montejo de la Vega de la Serrezuela y prevé recorrer otras zonas de la Región donde se ha implantado el control biológico del roedor.

La muestra, respaldada económicamente por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha sido presentada este jueves en la Diputación de Segovia por el diputado de Promoción Económica, Jaime Pérez; el jefe del Servicio de Vida Silvestre del Ministerio de Agricultura, Ricardo Gómez Calmaestra; el secretario general del Grefa, Fernando Garcés; y el coordinador del proyecto de esta asociación naturalista sobre control biológico del topillo campesino, Carlos Cuéllar.

Los representantes del Grefa han advertido de que hay déficit de información sobre los topillos o dificultad para disponer realmente de ella, lo que ha llevado a que se extiendan falsedades alrededor de estos roedores. "Queremos desmentir el bulo tan extendido en Castilla y León de que al topillo lo han tirado desde un helicóptero o en cajas", ha manifestado Carlos Cuéllar.

El coordinador del proyecto ha explicado que la asociación está inmersa en un proceso de instalación de cajas-nido en zonas agrícolas especialmente diseñadas para favorecer la presencia del cernícalo primilla y la lechuza común, especies depredadoras idóneas para el control biológico de las plagas frente a los rodenticidas.

Al mismo tiempo que coloca estas cajas, según ha indicado, el Grefa lleva a cabo una labor de información al agricultor con el fin de desmentir falsas creencias y dar a conocer detalladamente el origen de los topillos; su proceso de colonización, acelerado por la acción humana, que ha provocado que en tan solo 50 años el asentamiento se extienda por una superficie tan vasta como la Meseta Norte, o los diferentes factores que han conllevado una rápida proliferación de los mismos, como pueden ser el abandono de la ganadería extensiva, la ampliación de vías de comunicación o la concentración parcelaria, que ha dado lugar a una "agresiva" transformación del paisaje.

La idea de esta organización es que los propios agricultores se conviertan en agentes activos para combatir las plagas y aprovechar la exposición itinerante para entrar en contacto con ellos, pues juegan un papel vital a la hora de constatar una mayor presencia de roedores.

Ocupación de cajas-NIDO

El proyecto del Grefa sobre el control biológico del topillo en Castilla y León se inició en 2009, como reacción a la grave situación medioambiental que generó la plaga en la Comunidad y el uso indiscriminado de rodenticida, un tóxico que afecta a otras muchas especies y cuyas consecuencias se siguen "pagando a día de hoy", según Fernando Garcés, quien ha alertado de que sigue habiendo muchas bolsas de veneno esparcidas por el territorio.

Esta organización naturalista trabaja en la instalación de cajas-nido en las zonas más castigadas por los roedores, localizadas principalmente en provincias como Valladolid, Palencia, Zamora, Ávila o Segovia. En esta última, donde el Grefa trabaja desde 2014 apoyado por la Diputación, ya hay instalado un centenar de cajas en Aldea Real y a lo largo de este año se colocarán otras cuantas en Escalona del Prado. El año próximo se instalarán en Sauquillo de Cabezas. A nivel regional ya son mil las unidades repartidas.

A solicitud de los agricultores, el objetivo de la asociación es extender su proyecto a otras zonas de la Comunidad, como Salamanca, donde aún no está presente. Próximamente prevé trabajar en Toro (Zamora), donde existe interés ante los daños ocasionados en los viñedos.

No obstante, los representantes del Grefa han apuntado que la entidad quiere mantener presencia activa en los lugares donde ya ha trabajado para exponer los resultados. En este sentido, Garcés ha señalado que en tres meses de periodo reproductor un cernícalo llega a comerse entre 700 y 900 roedores, mientras que una lechuza llega hasta el millar. Además, ha cifrado en un 40 por ciento las cajas que el pasado año fueron ocupadas.

Este año los roedores no han protagonizado presencia masiva en Castilla y León, si bien la asociación advierte de la necesidad de mantener una labor preventiva constante, y no solo cada cinco años, que es el promedio de la cíclica aparición de las plagas.

El jefe del Servicio de Vida Silvestre del Ministerio de Agricultura ha trasladado durante la presentación la "sensibilidad" del Gobierno hacia este problema socioeconómico y la conservación de la biodiversidad, de ahí su apoyo a la iniciativa del Grefa. Gómez Calmaestra ha ensalzado la prevención como esencial para atajar estas situaciones, al tiempo que ha defendido el control biológico como la mejor alternativa para combatir los excesos, unida siempre a otras buenas prácticas.

Aportación de la diputación

En Segovia, el convenio de la Diputación con el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona tiene una duración de tres años y en virtud del mismo la Institución Provincial destina a la asociación 15.000 euros anuales, además de apoyo logístico, según ha indicado el diputado de Promoción Económica. Las labores del Grefa en la provincia están supervisadas por la Junta de Castilla y León a través del Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl).

Además de la Junta, apoyan el proyecto de control biológico el Instituto para la Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC), WWF España o el Centro de Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El objetivo, según Garcés, es aunar progresivamente a nuevas entidades en torno a esta iniciativa, que tiene sus réplicas en países como Finlandia, Estados Unidos, Israel o Malasia.

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