En la foto, enviada a 20 minutos por el Sindicato Médico de Sevilla, se observa claramente que es imposible saber lo qué está mirando la cámara colocada el pasado miércoles en las consultas de las Urgencias del Hospital General Virgen del Rocío de Sevilla.

La alarma ha saltado entre los médicos del servicio de inmediato por que, explican desde su sindicato, «tienen pleno campo de visión de todo lo que ocurre dentro de la consulta médica». Por tanto, lo que allí dentro ocurra «puede ser permanentemente visionado y grabado por el personal de seguridad, lo que atenta contra el derecho de los ciudadanos al honor, intimidad e imagen».

Es cierto que escondidas tras un cristal oscuro, no puede saberse qué ángulo graba la cámara en cada momento, pero Joseba Barroeta, director gerente del complejo hopitalario, asegura a este periodico que las cámaras, que aún no se han conectado, «en ningún momento grabarán dentro de las consultas y «mantendrán un tiro fijo sobre el flujo del personal y los pacientes por los pasillos».

A los médicos no les satisface. «En estas consultas hacemos tactos rectales, o pedimos al paciente que se desnude de cintura para arriba», se queja M. A. Montilla, médico de urgencias que asegura que llevarán el caso a la fiscalía de Sevilla.

Ya hay 50 por todo el hospital

Las cámaras, pensadas para evitar agresiones al personal, se han convertido de hecho en un arma de la guerra que se desarrolla entre médicos de urgencias y el Servicio Andaluz de Salud. Desde la gerencia del hospital reconocen que les han servido para pillar y expedientar a algunos por hacer pintadas o entregar folletos a los pacientes sobre sus protestas laborales.