Aitor jugaba al fútbol con sus amigos en las instalaciones deportivas de la calle Santa Virgilia, en Hortaleza. En un momento del juego se agachó a recoger el balón y, para asombro de sus compañeros, la portería de hierro se le vino encima, golpeándole la cabeza y dejándole tendido en el suelo con convulsiones. Ahora se encuentra inconsciente en el hospital de La Paz, con un coágulo en el cerebro y en estado muy grave.
Su familia se debate entre el sufrimiento y la indignación. Teresa, su madre, relata que el estado de las instalaciones donde se accidentó su hijo es "de vergüenza". Las porterías están oxidadas y sin anclajes, por lo que sólo era cuestión de tiempo que algún niño sufriera un percance parecido. "No es el primer accidente de este tipo, deberían haber previsto que esto podía pasar", lamenta Teresa.
Con 11 años, y a punto de cumplir los 12, Aitor lleva desde la noche del pasado lunes ingresado en la unidad de Urgencias Infantil del Hospital de la Paz, completamente inconsciente y con un coágulo de sangre en el cerebro que hace temer a los médicos por su integridad. Durante la mañana de este jueves, los sanitarios de La Paz se disponían a reanimarle para comprobar su estado. Pero, según la madre, le han comunicado que: "El niño no conocerá a nadie, no sabrá quién es ni donde está. Es un niño hiperactivo, por lo que va a ser traumático".
Hubo una revisión la semana anterior
El padre de Aitor, Antonio González, muestra su enfado hacia el Ayuntamiento de Madrid por "permitir que las instalaciones estén en ese estado". "En la comisaría nos dijeron que habían hecho una revisión a las canchas, pero tal y como estaban, yo creo que se han limitado a firmar el papel".
El problema, según el padre del chico, es que las revisiones de mantenimiento y seguridad las realiza una subcontrata a la que, según su opinión, nadie controla. "Esta subcontrata está chupando del Ayuntamiento", denuncia.
Seguro de responsabilidad civil
Las instalaciones deportivas pasaron una revisión la semana anterior al accidente sufrido por Aitor, sin que se notificara ninguna deficiencia. El padre del niño pide ahora responsabilidades por lo ocurrido. El Ayuntamiento asegura que la familia será indemnizada por el seguro de responsabilidad civil y atribuye el hecho a un "imprevisto".
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