Según explicó la propietaria de la finca en frente de la cual se estrelló una avioneta en el aeródromo de Casarrubios, Elisa Martín Hernández, alrededor de las 17.15 horas vio cómo una avioneta sobrevolaba su casa "dando bandadas".

El piloto intentó hacer una maniobra de aterrizaje al detectar problemas en el despegue del aeródromo de Casarrubios del Monte (Toledo), que provocó su muerte. El fallecido, único ocupante del ultraligero, es un varón de 40 a 45 años y de nacionalidad portuguesa.

Al principio, con el pulso débil

Al chocar contra el suelo, un empleado de la finca saltó la valla que delimita ésta con el aeródromo y acudió en ayuda del piloto herido, pudiendo comprobar que tenía "toda la cara deshecha" y que estaba "sangrando muchísimo".

Tras ver el estado en el que se encontraba éste, Elisa llamó al 112 para informarles del accidente. En esos momentos, el piloto tenía pulso aunque era débil, pero media hora más tarde, a la llegada de los efectivos sanitarios, el hombre perdió la vida.

Hasta el lugar del suceso se trasladó un helicóptero del Summa, cuyos facultativos certificaron la muerte del piloto, además de varias dotaciones del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid y efectivos de la Guardia Civil.

Según denunció Elisa, ésta no es la primera vez que ocurre un accidente en el aeródromo de Casarrubios, ya que hace tres años se incendió una avioneta con dos personas y el año pasado tuvo lugar un choque aéreo entre dos artefactos voladores que se saldó con dos muertes, así como otros accidentes en los que sólo hubo heridos.

Además, lamentó que se hayan instalado recientemente en los alrededores de su casa varios tanques de gasoil en el que repostan las avionetas que "no están controlados". Según confesó, tiene miedo de que un día ocurra una desgracia mayor y que se le caiga una avioneta en su finca. Sin embargo, cuando comenta este temor con el encargado del aeródromo, sólo obtiene por respuesta que "tire su casa y se vaya de ahí".