Tras meses de protestas, los vecinos de Boadilla del Monte y de Pozuelo de Alarcón han conseguido que la Comunidad les instale vallas separatorias en los pasos a nivel del metro ligero.

El pasado 11 de mayo 20 minutos informó de este problema , y un par de meses después, dos de las paradas más problemáticas, José Isbert y Siglo XXI, ya tienen barreras. Dentro de diez días se instalarán las de Ciudad del Cine (Kinépolis), Boadilla Centro y Dos Castillas, según fuentes de la Consejería de Transportes. Sin embargo, éstas sólo se colocarán en los cruces de peatones, no en los pasos a nivel para coches.

"Sin riesgos de atropello"

Estos ajustes, aparte de otras pruebas de seguridad, han retrasado dos meses la puesta en marcha del tren ligero del Oeste. No obstante, la señalización, que también preocupaba a los vecinos por la afluencia de niños cerca de las vías, no se cambiará.

Desde la Consejería de Transportes se señala que la escasa velocidad que alcanza el tranvía (nunca superior a 70 km/hora) y la capacidad de maniobra que posee el conductor en los tramos en superficie ofrecen suficientes garantías de seguridad para el ciudadano.

Además, "la visibilidad es muy buena y se ve llegar el convoy, por lo que apenas hay riesgo de atropellos", aseguran las mismas fuentes.

En Boadilla también se han instalado pivotes elásticos para impedir que los coches crucen por la vía.

Para evitar accidentes, desde mayo unos operarios con chalecos reflectantes vigilan y controlan el tráfico de automóviles en los pasos a nivel, ya que muchos conductores aún no se han acostumbrado a los nuevos semáforos.

¿Tren, tranvía o autobús?

El metro ligero es más parecido a un autobús que a un tren. Tiene elementos comunes con el tranvía, como la posibilidad de maniobra del conductor, pero hay diferencias importantes, ya que los convoyes del metro ligero transcurren por una plataforma independiente que no comparte con ningún otro vehículo, lo que reduce aún más el riesgo de atropellos, según la Consejería de Transportes.