La finalización de las obras está a la vuelta de la esquina, pero los vecinos de Boadilla y Pozuelo ya han observado algunas carencias en la nueva línea del futuro metro ligero.
Dos son las ausencias más notables: vallas separadoras en cruces –lo que más les preocupa tras la muerte de una menor el pasado martes en un paso a nivel del metro de Valencia– y la falta de señalización.Una circunstancia en la que coinciden vecinos y políticos es que los semáforos "parecen insuficientes", especialmente por la afluencia de niños en ciertos pasos.
Fuentes de la Consejería de Transportes afirmaron ayer que el metro ligero es más parecido a un autobús que a un tren.
Y recuerdan que los convoyes van a muy poca velocidad (no superan los 70 km/hora).
Las mismas fuentes matizaron que su trazado es más seguro que el del tranvía, ya que transcurre por unos carriles que no comparte con ningún otro medio de transporte.
Sus futuros usuarios opinan
Profesor de inglés. 37 años.
"Llevo dos años dando clases de inglés en los estudios de televisión de Prado del Rey. Por la entrada principal pasan cada día unas 4.000 personas y, ya sin metro ligero, he visto algunos accidentes. Echo de menos más señalización en los cruces, tanto para los coches como para los peatones, y vallas separadoras".
Juan Carlos Sánchez
"Vengo habitualmente al Kinépolis a recoger a mi novia, que trabaja aquí. No me gusta cómo han montado esto. No está bien señalizado, porque sigue pareciendo acera, y con la que se monta los fines de semana... Además, suelen venir muchos críos y por muy despacio que pasen los trenes...".
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