Este mes se licencia en San Javier la primera mujer piloto de combate de España

  • Estará al mando de un caza F-18 en Zaragoza.
  • Ha pasado cinco años de instrucción.
  • Dice que nunca la han discriminado.

La alférez del Ejército del Aire, Rosa María García Malea, la primera mujer piloto de combate española, se licenciará en la Academia General del Aire (AGA) de San Javier a finales de este mismo mes. La alférez García Malea recibirá junto a sus 40 compañeros de la LVIII Promoción el despacho de teniente de manos del Rey don Juan Carlos y será confirmada posteriormente en su nuevo destino, para incorporarse al Ala 15 de la Fuerza Aérea.

Allí estará al mando de un cazabombardero estadounidense F-18, con sede en la Base Aérea de Zaragoza.

Así lo confirmó en rueda de prensa en la Base Aérea de San Javier (Murcia) el jefe de Estudios de la Academia General del Aire (AGA), el teniente coronel Pedro Delgado, ante el asombro de la propia protagonista que hasta ese momento desconocía si le habían concedido el destino que había solicitado y para el que sólo se convocaron dos plazas.

Duro proceso de aprendizaje

Ese 10 de julio pondrá fin oficialmente a un largo periodo de formación, de cinco años de duración y cientos de horas de vuelo en dos aviones de hélices y dos reactores de instrucción, además de las clases teóricas.

Todavía algo nerviosa ante la presencia de medios de comunicación pero directa en todas las respuestas, la alférez García Malea explicó que estos cinco años de enseñanza han sido duros por la disciplina y por el esfuerzo que se necesita para superar el periodo de formación, con "momentos buenos y momentos menos buenos", pero se mostró satisfecha por haber conseguido su objetivo de ser piloto de combate y "muy contenta" por su futuro en la Base de Zaragoza al mando de uno de los mejores cazabombarderos que existen, el F18. "Es lo máximo", dijo sonriente.

Dice que nunca se ha sentido favorecida ni discriminada por sus compañeros

Relató que consiguió acceder a la Academia General del Aire en la segunda ocasión que se presentó a las oposiciones y reiteró que nunca ha sabido qué le llevó a decidir que quería ser piloto de combate pero que siempre quiso serlo.

Sobre la posibilidad de haber sido discriminada por su condición de mujer, explicó que todos sus compañeros le consideran uno más y subrayó que nunca se ha sentido ni favorecida ni discriminada durante todo este tiempo en instrucción, periodo en el que le han acompañado otras tres futuras tenientes, cada una de ellas de una especialidad distinta (Helicópteros, Mando y Control y Transporte)

La piloto no dudó a la hora de responder si le costaría decidirse para derribar un objetivo con su avión de combate. "Estar en combate no me supone ningún problema moral ni ético. Estoy para servir a España y al pueblo, para cumplir las órdenes del mando y el Gobierno", afirmó.

Sobre su futuro, la piloto afirmó que lo que desea es cumplir su misión al mando de un caza y que también le gustaría, llegada la ocasión, incorporarse a la Patrulla Águila, la unidad acrobática que vuela en reactores C101 Aviojet, los mismos con los que se ha entrenado en la Academia de San Javier.

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