La empresa Serviman la descargó en el parque de Canalejas y, al rodar unos metros, antes de llegar al destino, la Policía Local se la quería llevar y multar por no tener derecho a circular sin matrícula ni seguro.

Aclarada su misión, los agentes la escoltaron, pero resulta que tampoco podía instalarse sobre la acera de la plaza, con lo que tuvieron que retirarla de nuevo. Y también se tuvieron que llevar los enormes huevos.

A continuación, aparcaron la grúa en el parque de Canalejas, justo al lado de un autobús en el que la empresa Garnier Delial divulgaba los riesgos de tomar el sol ahora sin protección.

El personal que trabajaba allí estaba que trinaba, con la grúa al lado como inesperado vecino, y exigían que se la llevaran a otro sitio.