Aunque es complicado un control exacto, la ONG calcula que son unos 6.500, la mayoría marroquíes que entran de forma ilegal por las rutas más recurrentes (Canarias, Andalucía, Ceuta y Melilla). Muchos acuden por su propia voluntad a entidades de atención al menor, mientras que otros son detectados por la Policía o ciudadanos de a pie. Una vez fichados, pasan a estar bajo la tutela de la comunidad, siendo las regiones con más menores bajo protección Andalucía (1.035 ingresos en 2004), Cataluña (623, hasta febrero), Madrid (4.500 en total, extranjeros y no extranjeros) y Canarias .

 

En situación de desamparo

 

Una minoría, imposible de calibrar, permanece no obstante en la calle en situación de desamparo, a menudo esnifando cola o integrada en una banda, sin opción a una formación.

 

Los centros de acogida, por otra parte, no pueden retener a los menores, que se van y cambian de comunidad con extraordinaria facilidad. Como ejemplo, 1.410 ingresaron en centros de Andalucía durante 2003, pero a finales de año sólo permanecían 261.

 

La mayoría pasa a una situación de irregularidad al cumplir los 18 (en Canarias, al menos hasta agosto de 2003, ningún menor había obtenido la documentación al alcanzar la mayoría de edad). Save the Children achaca este hecho a la desidia y falta de coordinación de los servicios de Protección del Menor y las Delegaciones de Gobierno, encargadas de la tramitación.

 

Otra vía para permanecer en España es solicitar asilo, pero raras veces se concede.

 

Se da prioridad a su expulsión

 

La Ley del Menor y el Código Civil indican que debe prevalecer el interés superior del niño, pero la Ley de Extranjería y la Administración dan prioridad al retorno de menores no acompañados a su país de origen frente a otras soluciones. Lo habitual es que se les entregue a las fuerzas de seguridad sin procurar que vuelvan con sus familias. Hay casos de malos tratos durante la expulsión.

 

Tráfico de menores no detectados

 

Hay niños que entran legalmente acompañados de traficantes. No son detectados como menores solos, quedando desprotegidos. Son explotados sexual y/o laboralmente.

 

Prueba de edad poco precisa

 

Cuando un menor llega sin identificación (casi todos) se le somete a una prueba para determinar su edad. Su inexactitud provoca que algunos adultos entren en el sistema de protección.

 

Necesidades de los centros de acogida