Un mago extremeño bate el récord del mundo de escapismo en el río Guadiana

  • El ilusionista Alfred Cabami fue atado e introducido en una caja cargada con 150 kilos de peso que después fue sumergida en el río con una grúa.
  • Batió el récord mundial al lograr escapar en menos de medio minuto.
  • En 2007, ya logró el récord mundial de escapismo en aguas abiertas.
El escapista Alfred Cabami emerge victorioso del río Guadiana.
El escapista Alfred Cabami emerge victorioso del río Guadiana.
Jero Morales / EFE
El escapista Alfred Cabami emerge victorioso del río Guadiana.

El ilusionista Alfred Cabami emuló este domingo al gran mago húngaro Harry Houdini al conseguir establecer un nuevo récord del mundo de escapismo en las aguas del río Guadiana.

El mago extremeño desafió a la muerte al sumergirse en el río Guadiana, a su paso por Mérida, dentro de una caja de madera sellada, en la que previamente había sido introducido esposado, encadenado y en el interior de un saco.

Para salir airoso de este ejercicio "mental y de habilidad física", según el animador del espectáculo, tenía un minuto como máximo, que es el tiempo medio que una persona en apnea aguanta bajo agua en movimiento. Si además lo hacía en menos de medio minuto, conseguiría el nuevo récord del mundo de esta especialidad, lo que finalmente ha logrado ante la mirada de cientos de curiosos al dejar la marca en once segundos.

Tras unos ejercicios de calentamiento y "ducharse" con una garrafa de agua, Cobami, que vestía un traje de neopreno, fue atado e introducido en la caja para la supervisión del alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna. La caja de madera, con unos 150 kilos repartidos en varias pesas, fue bajada lentamente a las aguas por una gran grúa y allí, atentos, esperaban dos buzos y una lancha zodiac.

Pocos segundos después de sumergirse, Cobami salió de la caja y emergió de pie, sobre ella y con el pulgar hacia arriba, elevado como una gran estrella.

Cobami ya contaba con el récord mundial de escapismo en aguas abiertas. Fue en 2007, cuando fue esposado, atado con 50 kilos de cadenas y arrojado al mar de Alborán desde un barco.

El espectáculo, incluido en la programación de las fiestas de Mérida, estaba previsto inicialmente para las once de la noche, pero fue adelantado a las siete de la tarde por motivos de seguridad, pues los buzos no pueden trabajar de noche. El ilusionista declaró que el número ha salido mejor de lo previsto, aunque le dio un tirón en la espalda.

El mago, que se presenta como el "rey del escapismo", ha señalado que no se hacía nada igual desde hace un siglo, con Houdini, y que soñaba con este momento desde el año 2006.

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