Dejar Madrid impoluta en apenas seis meses. Ese es el objetivo que se ha marcado la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, con el plan de choque de limpieza que pondrá en marcha en apenas un mes, "entre finales de septiembre y principios de octubre", según fuentes del Área de Medio Ambiente consultadas por este diario. Está previsto que en este operativo especial, que tendrá una duración de seis meses y afectará a los 21 distritos de la capital, se vean involucradas más concejalías, ya que en los trabajos "se realizará una limpieza integral a fondo de todos los barrios". Las labores incluirán "el levantamiento del mobiliario urbano y la retirada de coches si es necesario", adelantan las mismas fuentes, que explican que este operativo se presentará con detalle próximamente.

Para la realización de los trabajos, las empresas encargadas del servicio, la UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por OHL, Sacyr, FCC y Ferrovial, emplearán un equipo extraordinario que se encargue cada semana de un distrito. La intención del Consistorio es que las empresas empleen a los trabajadores afectados por el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) 2013. De hecho, la administración local ya está negociando con las concesionarias la suspensión del ERTE. Este operativo no supondrá ningún coste para el Ayuntamiento, ya que se descontará de las penalizaciones que las empresas han recibido desde la puesta en marcha del servicio en agosto de 2013. Desde entonces, las sanciones ascienden a unos 20 millones de euros.

Desde el Consistorio defienden la urgencia de estas labores de limpieza de los espacios públicos de las ciudad ante la suciedad y porquería que se acumula en muchos barrios, sobre todo en los que pertenecen a distritos del sur de la capital como Villaverde, Usera, Carabanchel, Latina, Puente de Vallecas y Villa de Vallecas. Las quejas vecinales han sido constantes en 2015, pero en julio experimentaron un importante incremento: 7.000 reclamaciones, cuando la media es de 4.000, según datos municipales.

Precisamente a mediados de julio comenzaron los primeros trabajos de limpieza de refuerzo. La campaña ya se ha realizado en zonas de Usera, Villaverde, Carabanchel, Latina, Lavapiés, Fuencarral, Vallecas, Barajas, Argüelles, Chamberí, Salamanca, Chamartín, Retiro, Arganzuela, Hortaleza y Moncloa-Aravaca, Tetuán y Hortaleza. Este martes y miércoles, la actuación se está centrando en el barrio del Pilar, en el sector comprendido entre las calles Monforte de Lemos, avenida de Betanzos, calle de Chantada y Camino de Ganapanes. Las actuaciones han sido llevadas a cabo por 70 efectivos que ha realizado tareas como barridos manuales, baldeos  y borrado de pintadas, entre otras.

La limpieza de la ciudad ha sido una de las prioridades de Manuela Carmena desde su llegada a la Alcaldía el pasado mes de junio. Según sus palabras, la situación de la capital en esta materia es "desastrosa", algo que incluso han reconocido los propios responsables de las empresas encargadas del servicio en una reunión con la lideresa de Ahora Madrid. Carmena incluso ha advertido a las empresas adjudicatarias que remunicipalizará el servicio de limpieza viaria de la capital si no cambian de "actitud".

Para intentar dar una explicación a esta situación hay que remontarse a la primavera de 2013. Entonces, el anterior gobierno municipal (PP) dio luz verde al contrato integral de limpieza y conservación de espacios públicos y zonas verdes, que unificaba en uno hasta 39 contratos, con la idea de ahorrar un 10%. El Consistorio que encabezaba Ana Botella licitó el contrato por 2.317 millones de euros en ocho años. Las empresas que finalmente lograron la contratación de sus servicios rebajaron aún más el precio, hasta 1.944 millones. Esto supuso un ahorro unos 600 millones para las arcas municipales.

El nuevo contrato también cambió el modelo de trabajo: el Ayuntamiento ya no exigía un mínimo de trabajadores. Controlaba la calidad del servicio mediante 68 indicadores (presencia de pegatinas, eliminación de pintadas, reposición de bolsas en papeleras...). El resultado fue la desaparición de 1.455 trabajadores de limpieza de las calles de la capital al pasar de 6.315 a 4.860 operarios. Posteriormente, tres de las cuatro empresas adjudicatarias del contrato (OHL, Sacyr, FCC) plantearon el despido de 1.134 trabajadores, pero una huelga de 13 días lo impidió. A cambio, se pactó un ERTE que está restando de los servicios de limpieza y jardinería 45 días de trabajo y de salario al año a cada trabajador. Esto ha supuesto un déficit de 547 personas más. En total, en dos años Madrid ha perdido unos 2.000 trabajadores de limpieza, según cálculos de CC OO.

El empeño de Manuela Carmena por limpiar Madrid no se centrará sólo en un gran operativo. Los pequeños gestos también cuentan. Por ello, la alcaldesa avanzó este miércoles en Onda Cero que en un futuro repartirán ceniceros para evitar que los fumadores tiren colillas a la calle. «Se ofrecerán pequeños ceniceros para acabar esa vergüenza de tirar la colilla a la calle», dijo Carmena, que detalló que recurrirán a voluntarios para concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de ayudar a mantener limpia la ciudad.