Más de un millar de soldados españoles -1.100 en concreto- permanecen desde el otoño del año pasado en Líbano como parte de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL).

Su misión es garantizar la paz en el país tras la guerra declarada por Israel contra Hizbulá  tras la guerra declarada por Israel contra Hizbulá en julio de 2006 y que cuasó en poco más de un mes casi 2.000 muertos, miles de damnificados y pérdidas económicas multimillonarias.

Los 1.100 soldados españoles se encuentran asentados en la base "Miguel de Cervantes", en Blat, sede de la Brigada Multinacional del Sector Este de FINUL, al mando del general Ramón Martín-Ambrosio, jefe de la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista "Almogávares" VI, con sede en las localidades madrileñas de Alcalá de Henares y Paracuellos del Jarama.

Martín-Ambrosio relevó en marzo pasado al general Juan Bautista García Sánchez, jefe de la Brigada de Infantería Ligera "Rey Alfonso XIII" de la Legión, tras completarse la sustitución de los legionarios, que comenzaron la misión en septiembre pasado, por paracaidistas. Aunque la mayor parte del contingente español está formado por

La resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que puso fin al conflicto entre Israel y Líbano el 14 de agosto de 2006, estipuló el despliegue de "cascos azules" en el sur del país para evitar que se reproduzcan los enfrentamientos y que el Ejército libanés extienda su influencia por la zona, feudo hasta entonces de la milicia chií de Hizbulá.

Entre las funciones de las tropas desplegadas, figuran la de inspección del terreno para limpieza de posibles minas, así como a ayudar al Gobierno libanés a mantener el cese de hostilidades, a distribuir ayuda humanitaria y a controlar las fronteras.