Jesús está en Málaga, en su campito. Dice que ensayando y tocando canciones de su nuevo disco, Vuelve la burra al trigo, en el que ha versionado junto a Manolo Escobar la popular canción Mi carro.

¿Dónde conoció a Manolo Escobar?

Lo conocí durante un programa de televisión donde fui a tocar el Opá. A mí él siempre me había parecido un genio y le propuse hacer algo juntos, y así surgió la idea de versionar Mi carro.

¿Cuándo fue eso?

Hace un año.

Ahora ya serán íntimos, ¿no?

(Carcajada) Sí, nos llevamos muy bien. Ten en cuenta que Manolo es un gran profesional, Manolo no es un cualquiera. Ha hecho más de 30 películas, más de 60 discos y lleva en esto 50 años.

¿No se le ha caído el mito?

¡Qué va! Es un tío impresionante y sobre todo es muy buena gente.

Es el último representante con vida de la canción ligera española.

Claro, después de lo que le ha pasado al pobrecito del Fary, Manolo es el único que queda de esa época.

¿Le ha inspirado en este caso su perrita Dama a la hora de componer?

Por supuesto. Ella siempre está ahí para ayudarme con mis canciones. Da mucho trabajo porque es muy pesada, la jodía, pero se la quiere mucho.

¿La perra es como un hijo?

¡Mira que no tengo niños!, pero la Dama hace por 33 (risas).

Por mucho éxito que tenga, usted no deja su huerto ni muerto...

Ni muerto. Sabes qué pasa... Yo no sé vivir de otra manera que no sea ésta; yo me he criado aquí y soy de aquí.

Digamos que ha transformado el huerto en chalecito.

(Carcajada) Eso es. Hombre, tengo trampas como todo el mundo, pero no me puedo quejar porque vivo muy bien, sobre todo porque hago lo que más me gusta.

Después del bombazo que supuso el Opá, ¿no se le ha ido la cabeza de su sitio?

¡Qué va! A mí no me ha dado ninguna paranoia mental de esas raras. Lo he vivido con tranquilidad y disfrutándolo. Mi mujer es la misma, mis amigos también, la gente del pueblo... No ha cambiado tanto mi mundo.

Dicen que los músicos ligan mucho durante los conciertos.

¡Qué dices, chiquillo! Si yo tengo a mi señora, y eso es sagrado; de eso nada. A mí me gustan los niños, que bailen conmigo en los conciertos y que la gente disfrute...

¿Cuántas veces ha cantado el Opá?

No lo sé, pero ha habido conciertos en los que lo hemos tenido que cantar cuatro o cinco veces.

¡Qué pesadilla!, ¿no?

(Carcajada) ¡Hombre!, se hace repetitivo, pero es una canción que alegra al público. Fíjate, para agradecérmelo la gente me lleva a los conciertos conejos, golondrinas...

¿Con qué va a deleitarnos en este nuevo disco?

Además de Mi carro, que es una maravilla, es un disquito muy completo, tiene de todo.