Un experto en la generación 'NINI': a veces son los propios jóvenes los que piden que sus padres se pongan "firmes"

Propone a los padres reforzar la independencia de sus hijos para que tengan necesidad de buscar algo fuera del ámbito familiar
Alejandro Schujman
Alejandro Schujman
HOSPITAL MESA DEL CASTILLO
Alejandro Schujman

El psicólogo experto en el fenómeno 'NINI', Alejandro Schujman, ha destacado que, en ocasiones, son los propios jóvenes que no estudian ni trabajan los que acuden a su consulta para pedir ayuda, con el fin de que él convenza a los padres de que se pongan "firmes" frente a la actitud de sus hijos.

Estos casos en los que los propios jóvenes acuden a la consulta son "mucho más fáciles" porque el camino a la solución está "allanado" y son "especialmente satisfactorios" para Schujman, quien explica, no obstante, que la mayoría de las veces el problema suele ser detectado por los propios padres o por algún familiar que ve el problema desde fuera y se encuentra preocupado.

Schujman ha hecho estas declaraciones a Europa Press con motivo de su presencia en Murcia, donde este martes presenta, a las 19.30 horas, la charla 'Generación NINI. Jóvenes sin proyecto que NI estudian NI trabajan. Claves para entender el fenómeno', en el Aula de Cultura de Cajamar, en la Plaza Romea de Murcia.

Con esta charla, Schujman inaugura las charlas divulgativas 'Pequeños Tiranos', organizadas por el hospital Mesa del Castillo y que tendrán lugar en la misma el Aula de Cultura de Cajamar entre el 14 y el 16 de julio por las tardes, a las 19.30 horas, y con entrada libre hasta completar aforo.

Schujman, quien es psicólogo y ejerce desde hace casi 30 años en la profesión, se ha encontrado en los últimos 15 años con una situación que se da de manera creciente y que consiste en un desconcierto por parte de los padres y por una dificultad cada vez más marcada por parte de los hijos para hacer la transición de la adolescencia al mundo dulto.

Este psicólogo advierte que los jóvenes de la generación 'Ni-Ni' quedan "estancados, como en un embudo" en el pasaje de la etapa adolescente. El punto de inflexión, matiza, se da a los 16 y 17 años, cuando tienen que empezar a tomar decisiones futuras y se quedan instalados en una especia de "segundo útero".

Se trata, afirma, de jóvenes de case media y case media-alta cuyos padres les proporcionan una suerte de confort que les permite quedarse estancados. Estos jóvenes encuentran dificultades a la hora de armar un proyecto de vida, a pesar de que algunos de ellos continúan estudiando en una fase universitaria terciaria e, incluso, encuentran trabajo.

El problema, ratifica, es que les falta como marca esencial "un proyecto, algo que les apasione o les involucre", y lo que define a los 'NINI' es "la indefinición".

Frente a ello, Schujman propone trabajar con los padres cada vez más, dándoles orientación y herramientas para que puedan ayudar a los hijos a salir de ese lugar en el que han quedado "atrapados". Se trata, fundamentalmente, de concienciar a los padres de que sus hijos no son jóvenes que lo pasan "fantástico a expensas de ellos", sino que son "grandotes asustados por la posibilidad de entrar en el mundo adulto".

Estos jóvenes, matiza, "no lo pasan bien a pesar de que disimulen", e insta a los padres a tomar conciencia del problema, ya que su tendencia natural es, a menudo, negar que se trate de una crisis y lo justifican diciendo que el hijo va a tener tiempo de decidir, ya que el mundo es difícil y no hay problema en ayudarle por un tiempo".

Lo primero es tomar conciencia de que lo saludable para un joven es "ir saliendo, cada vez más, del ámbito familiar y no quedarse instalado en él". En segundo lugar, recomienda a los padres fijar los límites que, seguramente, no han podido poner durante la crianza. "Tienen que acotar el confort y hacerles la vida amorosamente incómoda para que tengan necesidad de buscar algo fuera del ámbito familiar", puntualiza.

Además, anima a los padres a "soportar los enojos y enfados de los hijos sin temor". Los jóvenes, explica, tienen un doble trabajo: "enojarse y desenojarse", por lo que insta a no permitir negociar ciertos límites que se han impuesto previamente, ya que supone "pan para hoy y hambre para mañana".

Sea como sea, Schujman subraya que el trastorno cuenta con un problema complejo de fondo, pero la resolución "es sencilla" y más fácil cuanto antes se tomen medidas.

FENÓMENO 'NINI' Y

Crisis económica

En este sentido, ha augurado que la previsible recuperación económica no acabaría con este fenómeno que ha marcado a toda una generación y que se caracteriza por jóvenes que ni estudian ni trabajan. Y es que el problema, aclara, no tiene nada que ver con el periodo de crisis económica. Al contrario, está vinculado con la posición "temerosa y desconcertada de los adultos", que marca el "empuje o la ilusión" que tengan los jóvenes.

Aunque Schujman reconoce que actualmente es mucho más complejo el conseguir un primer empleo digno o tener una primera casa que hace 40 años, cree que la dificultad es un desafío más a vencer y no es lo que define el fenómeno 'NINI'. "Si de cada cien jóvenes hay 20 que pueden lograrlo, la dificultad es un desafío más a vencer, pero no marca la diferencia", agrega este psicólogo.

Para demostrar esta teoría, Schujman recuerda que hizo un estudio sobre el proyecto de vida de un grupo de 90 alumnos que estaban terminando la Secundaria y pertenecientes a familias de clase media y alta. Del total, 15 ya sabían la carrera que iban a seguir y, de ellos, solo dos estaban contentos con lo que habían escogido.

Se trataba de jóvenes que podían estudiar lo que quisieran e, incluso, ir a la mejor universidad de los Estados Unidos, porque sus padres se lo podían permitir. Aún así, explica que los jóvenes no podían escoger, lo que demuestra que la problemática de los 'NINI' "no tiene que ver con los recursos económicos" con los que cuenta la familia.

Los afectados por el fenómeno 'NINI', añade, son chicos de clase media y alta, relativamente pudientes. Cuando la situación se da en clases bajas, aclara, se trata de un fenómeno de exclusión que es "completamente diferente", ya que suelen ser casos en los que las familias no tienen dinero para que terminen los estudios y tienen que salir a trabajar, pasando necesidades y con un inicio precoz en muchas cuestiones.

Factores coyunturales

Entre los factores coyunturales que incentivan este trastorno, Schujman cita en primer lugar "la cultura de la inmediatez", que es adictiva, y que consiste en que el camino a seguir que se les marca a estos jóvenes es "la ausencia de proceso y el resultado inmediato".

Este psicólogo pone como ejemplo las colecciones de cromos o figuritas, que en su época suponían un gran empeño para los niños, porque era casi imposible reunirlas todas. En cambio, hoy en día los jóvenes cuentan con servicios en los que el propio fabricante les manda por correo las figuritas que les faltan.

"Esto es terrible y es la marca de la cultura de la inmediatez", explica Schujman, quien se pregunta "cuál es la gracia de reunir una colección si no existió el tiempo de espera, de cambiar y de jugar". Por ello, propone que los padres luchen contra esta cultura e intentar "no quitar a los jóvenes el contexto en el que viven pero sí compensarlo con otras cuestiones y alimentar el tema del esfuerzo".

Lamenta que los padres lo tienen complicado por la falta de tiempo que predomina hoy en día. Además, considera que los progenitores pertenecen a una generación de adultos que no están demasiado contentos con lo que han elegido, por lo que no son capaces de transmitir a los hijos el entusiasmo por tener una posición más ventajosa. El resultado, explica, es que los chicos "quieren ser Peter Pan".

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