La tienda de productos delicatessen que José Álvarez tiene en el mercado de La Paz (Ayala, 28, Salamanca) es un ejemplo de que tradición y nuevas tecnologías pueden ir de la mano.

El establecimiento, abierto hace casi cuarenta años, ha estrenado hace pocos meses una página web (www.labandejita.com) en la que vende «por todo el mundo» sus embutidos.

¿Cómo se pasa de charcutero a cibercharcutero?

Somos de los primeros comercios tradicionales en estar en la Red. Hay que crecer con los tiempos y la informática es fundamental.

¿Qué es lo bueno de vender por Internet?

Que nuestros embutidos se comen por todo el mundo.

¿Y lo malo?

A mí, que llevo toda la vida en esto, me gusta el trato con el público.

Uno de los primeros en vender por la Red.

Sí, también fuimos de los primeros en poner frigoríficos en los años setenta y básculas eléctricas que por aquel entonces me costaron más de un millón de pesetas.

¿Un truco para que un negocio cumpla 40 años?

La especialización. Ofrecemos cosas distintas.