El Gobierno de Unidad Nacional, que el movimiento islamista Hamás mantiene en Gaza pese a haber sido disuelto por el presidente, Mahmud Abás, pidió este pasado jueves el "restablecimiento del diálogo inter-palestino", mientras aumenta en la Franja la sensación de incertidumbre.

El ejecutivo de cuatro miembros dirigido por el primer ministro depuesto, Ismail Haniya, dictó sus primeras resoluciones tras un consejo que ha durado tres días. En ellas recalca la "necesidad de restablecer el diálogo inter-palestino" y propone que sea "bajo auspicio árabe".

Este llamamiento llega un día después de que Abás repudiara al gobierno de Hamás, en el discurso más duro de su Presidencia, y de que el Movimiento de Resistencia Islámica contestara convocando a sus seguidores a una manifestación en la que se llamó al presidente "traidor, infiel y espía", entre otras cosas.

Hamás tiene que hacer frente al aislamiento internacional -después de que Abás ha recibido el apoyo y promesas de ayuda para el Gobierno de Emergencia que ha formado- y a la consecuente situación de precariedad económica.

Dos objetivos

El movimiento se defiende haciendo énfasis en que ahora reina la seguridad en la Franja, tras meses de luchas entre facciones y de criminalidad organizada, y después de la violenta campaña que le permitió hacerse con el control de Gaza hace una semana.

Los dirigentes de Hamás preguntan con insistencia a los periodistas extranjeros que pudieron entrar en Gaza hace dos días si no se sienten más seguros ahora que el nuevo poder ha erradicado el peligro de secuestro y en la resolución del gabinete se asegura que "las vidas y bienes de los palestinos están garantizados".

"Tenemos dos objetivos: estabilizar la situación económica y la de seguridad. Al menos el tema de seguridad lo hemos resuelto", dijo a Efe el secretario general del Consejo de Ministros, Mohamed Awad.

En la calle, las opiniones sobre este particular están divididas, unos, como Ahmed S., un tendero de 40 años, señalan que ahora no hay encapuchados por las calles, que no hay que temer a que te paren para quitarte el coche, ni existe ya la violencia arbitraria de facciones y clanes.

Pero, al salir de la tienda, una clienta que no quiso dar su nombre opinó que lo que hay "es una seguridad falsa, porque viene de la amenaza, no de la autoridad. Además -opinó- si hay más tranquilidad tal vez sea porque a Hamás ya no le interese dar problemas". "Tengo miedo de lo que pueda ocurrir después".

"No se ha resuleto nada"

El jefe de operaciones de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), Jonn Ging, cuya organización, según recordó ayer, había advertido hace meses de que podría ocurrir un "restallido" por la desesperación de la gente, también teme ahora "lo que vendrá después".

"No se ha resuelto nada; de hecho, los problemas son peores", afirmó al ser preguntado por la situación de seguridad.

Por otra parte, ayer se anunció que Abás y el primer ministro israelí, Ehud Olmert, se reunirán la próxima semana en Egipto para constituir un frente común contra Hamás.