Es difícil imaginar lo que pasa por la cabeza de una madre que deja tirada a su hija recién nacida en un jardinera de una calle cualquiera.

La historia de P. L. V. F., de 24 años edad y natural de Cochabamba (Bolivia), puede ayudarnos a comprender por qué le fallaron las fuerzas el pasado domingo cuando decidió abandonar a su bebé de siete días en la avenida de la Constitución, donde la encontró un ciclista que pasaba.

Hace nueve meses, en situación irregular, sin haber realizado trámite alguno para solicitar la residencia, trabajando ilegalmente en el servicio doméstico en La Rábita, supo que estaba embarazada.

Temerosa de que supusiese su despido, ocultó su situación a sus patronos. Y durante todo ese tiempo la suerte parecía acompañarla de la mano. Ahora sabemos que no era así.

El 10 de junio se puso de parto, y con dificultades. Sus planes de resolverlo discretamente se vinieron abajo. Pese al miedo a ser deportada, no tuvo más remedio que llamar a Emergencias Sanitarias. Tanto intentó aguantar que la madrugada del domingo la joven dio a luz en la ambulancia, a medio camino entre Carchuna y el hospital de Motril.

Alumbró una niña sana, pero con dificultades. Venía de nalgas lo que le provocó una pequeña luxación en la cadera, por lo que los médicos le escayolaron una pierna nada más nacer.

Madre e hija quedaron ingresadas hasta que el martes (día y medio después de dar a luz) la joven pidió el alta voluntaria y junto a su bebé se marchó a Madrid. Seis horas de viaje, llena de puntos y con una niña de 48 horas.

El sábado 16 ya no aguantaba más. En su desesperación acudió a los Servicios Sociales de Madrid para entregar a su hija. Sin embargo, algo le hizo cambiar de opinión y al día siguiente cogió un tren para volver a Granada.

Al llegar a la estación, tan sólo recorrió 200 metros antes de dejar a su hija envuelta en una manta en una jardinera de la avenida de la Constitución. De allí, vuelta a Carchuna a vivir con una pareja reciente. La Policía la detuvo ayer, tras seguir la pista de la escayola, por un delito contra las relaciones familiares. Su calvario no ha hecho sino empezar.

Acogimiento simple

La delegada de Igualdad y Bienestar Social de la Junta, Elvira Ramón, asegura que una vez que el bebé reciba el alta hospitalaria pasará a disposición de la Administración autonómica que, «casi con toda seguridad», dará a la niña en acogimiento simple a una familia hasta buscar una solución definitiva a su situación.

Solución que probablemente pasará por la adopción, si el entorno familiar de la menor no es el más idóneo.