Las mujeres son las que más tienen que desembolsar: 80 euros en peluquería, manicura y maquillaje; 60 en unos zapatos; los vestidos rondan los 300 euros y, normalmente, se gastan unos 100 euros en la despedida de soltera. Si le sumas el regalo, que ronda los 150 euros, el gasto se eleva a 690 del ala.

El presupuesto de los hombres es algo más bajo, ya que pueden repetir traje y con 60 euros tienen para una corbata nueva. Si no van a la peluquería, sólo habría que sumarle los 100 euros de la despedida y los 150 del regalo: un total de 310 euros, tirando por lo bajo y sin tener en cuenta que el día de la boda también se gasta en la juerga posterior.

En el caso de que la celebración sea en otra ciudad, habría que sumar el coste del transporte y la noche de alojamiento.

Las parejas con hijos tienen más gastos en ropa y en la parte proporcional del regalo. Aunque no le sumaremos al presupuesto los 6 euros por hora que cobra un canguro, si los niños no asisten al enlace, y daremos por hecho que se quedan con los abuelos.

Última juerga de soltero

Las celebradas despedidas son cada día más originales y, por lo tanto, costosas. Aquellas fiestas tradicionales en las que los amigos hacían camisetas, disfrazaban al novio con algún complemento erótico y, tras asistir al striptease, salían de fiesta, han pasado a la historia. Lo que se lleva ahora es escaparse junto a los amigos a otras partes de España, o incluso al extranjero. Se alquilan casa rurales, autobuses para desplazarse y se contratan todo tipo de actividades. Los circuitos de karts y el paintball, para ellos, o una buena sesión conjunta de peluquería con masaje y spa, para ellas, se están convirtiendo en una forma divertida, y al mismo tiempo cara, de decirle adiós a la soltería.

Cinco enlaces este año

Álvaro. 31 años.

«No he cobrado la extra, y ya está gastada».

«Ya he asistido junto a mi pareja a tres bodas y estamos invitados a otras dos, una en Tarragona. Se gasta por todo: en trajes, viajes, hotel, despedidas, regalos... todavía no hemos cobrado la extra, pero ya está gastada. Los chicos nos apañamos con dos trajes, pero ellas, si van a coincidir con la misma gente, no pueden repetir vestido. Ya nos tocará invitar a nosotros, aunque todavía no lo pensamos».