Piden que ‘El Rafita’ cumpla el resto de su pena fuera de Madrid

Al joven le quedan tres años de libertad vigilada tras los cuatro que ha estado en un centro por el asesinato de Sandra Palo.

La familia de Sandra Palo, la joven brutalmente asesinada en mayo de 2003, solicitó ayer que R. G. F., conocido como El Rafita y uno de los responsables de su muerte, cumpla los tres años de libertad vigilada que le restan fuera de la Comunidad de Madrid para evitar cualquier contacto con las personas allegadas a la víctima. También solicitaron que haya un control judicial y que tenga un régimen formativo de cara a su reinserción social.

En la calle, el 27 de junio

La petición de la familia de la joven se produjo durante una vista celebrada ayer en el Juzgado de Menores número 7 de Madrid y en la que se comunicó a El Rafita su próximo cumplimiento de la pena bajo el régimen cerrado de libertad vigilada, así como las medidas propuestas por las partes personadas en la causa para cumplirlo. El Rafita abandonará el próximo 27 de junio el centro de rehabilitación de menores de Renasco, en Carabanchel, tras cumplir los cuatro años de internamiento que le impuso el juzgado y que se completan con los tres años de libertad vigilada.

En menos de una semana, el juez deberá acordar las reglas de conducta, el tiempo y el modo en que El Rafita tendrá que cumplir lo que le queda de pena.

Tanto el Juzgado de Menores como la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial denegaron a la defensa de El Rafita un régimen semi-abierto solicitado en los pasados meses de mayo y junio.

Sobre los otros tres acusados, el Supremo confirmó la sentencia que condenó a 64 años de prisión a Francisco Javier Astorga, El Malaguita (único mayor de edad imputado en el crimen), por el secuestro, violación y asesinato de la joven en mayo de 2003. El Juzgado de Menores, por su parte, impuso a J. R. M., El Ramoncín, y a R. S. G., El Ramón, ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada.

Cabizbajo y sin mirar al juez

El abogado de la familia de Sandra Palo, Jesús Garzón, contó ayer que durante la vistilla en el juzgado El Rafita estuvo siempre «con la cabeza mirando al suelo y sin mirar al juez». «No se le veía arrepentido, pero sí con un poco de miedo», aseguró el letrado, quien añadió que el joven no se mostró en ningún momento «prepotente ni por encima de las circunstancias». María del Mar Bermúdez, la madre de Sandra Palo, aseguró ayer que El Rafita no está rehabilitado. Se trata, en su opinión, de una persona que era delincuente desde los siete años. El día 27 aguardará su salida del centro de menores.

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