La Generalitat ha aprobado este martes los decretos de creación de tres nuevas delegaciones en Rabat (Marruecos), Ciudad del Vaticano y Lisboa (Portugal), por lo que ascenderá a diez el número de delegaciones en el extranjero: Bruselas (Bélgica), París (Francia), Londres (Reino Unido), Berlín (Alemania), Washington (Estados Unidos), Roma (Italia) y Viena (Austria).

En rueda de prensa tras el Consell Executiu, el portavoz del Govern, Francesc Homs, ha recordado que la apertura de estas nuevas delegaciones se enmarca en el compromiso del Ejecutivo de consolidar la acción exterior de Cataluña que recoge el Plan de Govern 2013-16 y el Plan estratégico de acción exterior 2015-18.

La delegación en la Santa Sede tiene como objetivo facilitar las relaciones bilaterales con el Vaticano "en el ámbito de las competencias de la Generalitat", así como ejercer de representación permanente con sus instituciones y órganos, y recoger información sobre iniciativas que se tomen en la Santa Sede que puedan ser de interés para Cataluña.

En el caso de Lisboa, se trabajará para facilitar las relaciones bilaterales con las autoridades portuguesas, además de servir para que la Generalitat explore relaciones con otros países de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, como Brasil, con el que la Generalitat hace años que prioriza las relaciones empresariales.

La delegación de Rabat —la Generalitat había tenido ya una en Casablanca que tuvo que cerrar— busca mejorar las relaciones bilaterales con las autoridades del Reino de Marruecos, así como explorar posibles relaciones con el resto de países de la Unión del Magreb Árabe.

El sábado, el mismo Homs, preguntado sobre la posibilidad de que el Gobierno central pueda recurrir al Tribunal Constitucional las nuevas delegaciones, advirtió de que Cataluña no dejará de estar en el mundo "aunque el Gobierno español crea que a base de impugnar cosas puede impedir que se proyecte".

Precisamente, el Gobierno impugnó la ley catalana de acción exterior y solicitó su suspensión ante el alto tribunal, que admitió a trámite el recurso y suspendió cautelarmente la norma hasta que pronuncie sobre el fondo de la cuestión. Sin embargo, un mes después, el Govern aprobó su plan extratégico de acción exterior basándose en aquellos artículos no impugnados.