Varias grúas y máquinas de excavación llegaron a primera hora a la casa de Reza (Ourense) amenazada de derribo, mientras que docenas de policías desplazados desde Vigo y Madrid acordonaban los accesos al pueblo y rodean el inmueble. El alcalde en funciones de la ciudada, Agustín Fernández, ha pedido "comprensión" a los propietarios.

Amigos, familiares y vecinos de los propietarios, Rosa María Alonso y Miguel Fernández, pasaron la noche en colchones colocados en el suelo en la vivienda unifamiliar que ya fue vaciada de enseres y muebles durante el pasado fin de semana y a partir de las 7.00 horas vieron llegar a los agentes policiales y camiones con grúas.

Entre una gran tensión de familiares y vecinos y futuros ediles de Ourense, los agentes policiales desalojaron a los propietarios, a su abogado y a todas las personas que les acompañaban. Uno de ellos denunció ante los medios de comunicación, a los que se impidió de nuevo traspasar el primer cordón policial, que un policía le amenazó con "machacarle" la cabeza.

Sin posibilidad de aplazamiento

En el Ayuntamiento de Ourense se desarrollaron dos plenos extraordinarios, uno para aprobar las actas del anterior y un segundo para aprobar el pago de una indemnización a una empresa promotora.

Tras este pleno, el alcalde, en declaraciones a los medios, repitió que con el derribo cumple "una orden judicial que tenía de plazo tres meses desde diciembre" y que la "insistencia del denunciante" hizo que ahora se precipiten los hechos.

Así, explicó que no hubo posibilidad de aplazar el derribo porque el juez ha desestimado la suspensión cautelar. Por consiguiente, Agustín Fernández, quien dejará de ser alcalde el próximo sábado, pidió "comprensión" a los propietarios, a los que también expresó su "total solidaridad".

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Seguirá ampliación)