Sin tráfico, sin aceras, con un mismo pavimento color albero de un extremo a otro que además se extenderá a las calles colindantes que llegan hasta el bulevar, así será la futura Alameda.

Las columnas dejarán de estar enjauladas. Se rescatarán del desnivel actual deprimiendo ligeramente el bulevar con rampas al llegar a ellas. Formarán una especie de anfiteatro para actividades y espectáculos del barrio.

Agua y sombra

A lo largo de la plaza colocarán tres fuentes a ras de suelo de adoquín esmaltado en blanco y azul. A cada lado de los quioscos bar que ya existen construirán seis más para prensa y otros objetos. Al lado de ellos pondrán las pérgolas que darán sombra a 800 m2. En total, la Alameda se convertirá en un espacio unificado de 37.000 m2.

Pero una cosa echan en falta los vecinos: ningún rincón del bulevar tendrá al final zona de juegos para niños como reclamaban. El Ayuntamiento les prometió ayer encontrarle otro lugar.

Sin tráfico y con tranvía

No quedará ni un aparcamiento, excepto para taxi, y un solo carril de circulación (de Calatrava al centro) junto con otro para el futuro tranvía. No obstante, los residentes podrán dejar el coche en el aparcamiento previsto en Mendigorría. Y los que accedan al centro, en el rotatorio que se construirá en Barqueta, cuyas obras está previsto que terminen a la par del proyecto.