La sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a un hombre a 24 años de cárcel por matar a un vecino suyo de El Palmar, de 65 años, e intentar acabar con la vida de la compañera de éste, de 63. Los hechos se remontan a octubre de 2012 y el jurado que le juzgó el pasado mes de abril ya declaró culpable al acusado por unanimidad.

Durante el juicio, el acusado negó haber asesinado a la víctima, de quien dijo que era como su segundo padre. Así, pese a que ante la Guardia Civil, en instrucción y ante la médico forense reconoció los hechos, posteriormente en la vista culpabilizó a otro vecino, sobre el que dijo que le vio salir de la vivienda de la víctima.

Pese a su nueva versión, el jurado le declaró culpable, y ahora la Audiencia le ha condenado a la pena de 24 años de prisión por un delito de asesinato consumado y otro de tentativa. También le ha impuesto que indemnice a la mujer de la víctima con 236.760 euros por las lesiones, secuelas y el perjuicio producido por la muerte de su compañero, y le fija 25.000 euros para cada uno de los tres hijos del fallecido. Para sus dos hermanos, le condena a indemnizarles con 3.000 euros a cada uno.

Los hechos se remontan al 28 de octubre de 2012, cuando sobre las 20.30 horas, el condenado, tras haber consumido cocaína —0,8 gramos que no alteraron sus facultades de entendimiento y voluntad—, decidió acabar con la vida de su vecino, con quien tenía una antigua relación de amistad que se había deteriorado en los últimos meses debido a que la víctima le achacaba ser el autor de dos robos que había sufrido en su vivienda.

El acusado, armado con una escopeta, se dirigió en su barca al domicilio de la víctima, ubicado en Camino Monovar s/n, partida L'Establiment, en la finca 'Ca Noira' de El Palmar.

Se introdujo en la parcela tras retirar el candado de la puerta corredera, que guardó en uno de sus bolsillos, y tocó al timbre. Se escondió en un lado de la puerta y cuando vio salir a la víctima, le disparó a escasa distancia en la cabeza, lo que le produjo la muerte de forma instantánea.

A continuación se escucharon gritos de su pareja sentimental, de 63 años, quien se encontraba en el interior de la vivienda, sentada en un sofá, y el acusado, al percatarse de su presencia, introdujo los cañones de la escopeta a través de la cortinilla de la puerta y le disparó. El cartucho le alcanzó la cabeza y la mano derecha.

La mujer tuvo que ser hospitalizada y operada para tratarse de las heridas, de las que tardó 210 días en curar. Como consecuencia del disparo, sufrió pérdida de dos tercios del pabellón auricular derecho, pérdida de campo visual, dismorfia facial y estrés postraumático de intensidad moderada.

Tras los hechos, el acusado abandonó la vivienda en su embarcación y arrojó al canal el candado de la puerta y los cartuchos disparados y se dirigió a su domicilio, ubicado en el mismo camino y partida. Fue interceptado por una dotación de la Guardia Civil que había acudido al lugar al haber recibido aviso de los hechos.

En ese momento no se le detuvo al ignorar los agentes su participación concreta en lo sucedido. No obstante, fue invitado para que voluntariamente se personara en el cuartel de la Guardia Civil de Valencia para aclarar los hechos, y sobre las 11.30 horas del día siguiente, y en presencia de su letrado, confesó ser el autor de los disparos.