El sonido del guateque sigue vivo

  • Mientras Los Brincos y el Dúo Dinámico recorren España con sus directos, Los Bravos acaban de lanzar nuevo trabajo discográfico.
  • Tras años de olvido, el espíritu de los sesenta cobra relevancia en una población enamorada de lo 'vintage'.
  • Los miembros de Los Bravos hablan de la escena musical, de los guateques y de la censura de ahora y de entonces.
Discos de Los Bravos, Los Brincos, Dúo Dinámico, Fórmula V y Karina, algunos de los amos del guateque.
Discos de Los Bravos, Los Brincos, Dúo Dinámico, Fórmula V y Karina, algunos de los amos del guateque.
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Discos de Los Bravos, Los Brincos, Dúo Dinámico, Fórmula V y Karina, algunos de los amos del guateque.

Suena un ritmo stoniano, nervudo, propulsado por una verbena de vientos. Uno poco más allá, un estribillo burla las líneas temporales con una energía imberbe, entre el pasado y una inesperada modernidad. Se trata de One Step, uno de los nuevos temas que protagonizan el recién publicado EP Black is back (Tower Music, 2015) de Los Bravos y que ha supuesto el regreso de la mítica banda de los 60 al estudio de grabación. Y una aventura que también calibra y rejuvenece el popular Black is black –el gran éxito del grupo lanzado en 1966- a la vez que ofrece canciones inéditas, alguna teñida de rock sureño (Por tu amor).

El regreso de Los Bravos no es la única noticia de una escena que enloqueció, hace cinco décadas, a una juventud que bebía cups (ponche), escuchaba música en pikús (del inglés, pick up; después, tocadiscos) y flirteaba en guateques caseros.

Tras un largo periodo de olvido en el que las miradas hacia atrás preferían recrearse en la transgresión de los ochenta y la Movida (mucho más mediática, según explicaba hace unos meses el productor del programa de TVE Música ligerísima, Antonio Moreno), el espíritu de los 60 ha ido ganando terreno en una sociedad fascinada por lo vintage.

El pasado mes de febrero, el himno Resistiré presidía la última gala de los Goya y la página web de su intérpretes originales, Dúo Dinámico (otro de los iconos de la época) presenta a día de hoy una actividad inusitada: tras ofrecer en 2014 una docena de conciertos (que reunieron "hasta cuatro generaciones distintas", asegura el dueto) , los artistas visitarán en los próximos meses Madrid, Barcelona y Granada.

Asimismo Los Brincos, otro de los nombres más respetados de la escena de entonces, vive un periodo dulce desde que en la década anterior, y tras un largo paréntesis, decidieron publicar un CD para los admiradores y, algo más tarde, subirse de nuevo a los escenarios. "Nos sorprendió la gran acogida que tuvimos", explica Miguel Morales, guitarrista del conjunto. En mayo, la banda congregó durante varios días a sus admiradores en el Teatro de la Latina de Madrid para celebrar su medio siglo de vida al ritmo de temas como Flamenco o Lola. Y ahora su gira continúa por Toledo, Barcelona, Elche, Vitoria, Palencia...

¿Vivimos un renacer de esa música peleada, en Gran Bretaña, por The Beatles y The Rolling Stones y que, en España hubo de esquivar la censura y edulcorar sus maneras para no hacer enfadar al régimen?

Mientras para el vocalista de Los Bravos, el alemán Mike Kennedy, la actualidad musical es "una paella" en la que hay un poco de todo, "sonidos del ayer y sonidos nuevos", su compañero de formación Miguel Vicens observa que, aunque hay "mucha diversidad", se tiende a "reinventar sobre lo mismo".

Una opinión similar tiene Miguel Morales, integrante de Los Brincos, quien señala que las bases musicales actuales no han variado tanto desde que comenzó en la música: "Al margen de oleadas como el tecno, el pop y el rock siguen hoy la misma estructura. La diferencia es que antes trabajábamos con menos medios técnicos. Hoy se agradecen todos los avances", señala el músico.

De Niños Mutantes a Tame Impala

También grupos actuales, como los granadinos Niños Mutantes que en su día abrieron un disco de versiones con un homenaje a Los Brincos (el inquietante Nadie te quiere ya), afirman que vivimos en un periodo de revival. "Está muy de moda recuperar sonidos que hasta hace muy poco se denostaban. No hay más que escuchar a Temples, Tame Impala o The Black Keys", explica Nani Castañeda, batería del grupo, citando a tres de las bandas que acostumbran a liderar los festivales de música más punteros.

Incluso los guateques caseros tienen su equivalente en la época actual, según el brinco Morales, en los botellones: "Tal vez se hayan perdido aquellas fiestas que se hacían por la tarde pero los jóvenes siguen reuniéndose para escuchar música y conocer gente. Ahora, eso sí, no es en una casa sino al aire libre; la música se pone en el coche, a todo volumen, y las bebidas se compran en el súper".

Cinco preguntas a Los Bravos

Mike Kennedy y Miguel Vicens contestan las preguntas de 20minutos.

¿La edad no está reñida con la energía del rock?

M. Vicens: Se dice que los viejos rockeros nunca mueren, pero eso sí, nos cansamos. Sin embargo, el escenario te transforma y te convierte en el mismo de antes.

¿Hoy en día la modernidad musical es mirar al pasado?

M. Kennedy: La música es como la una moda, va y vuelve. Cada noche veo la cadena MTV americana y observo que los sonidos tienden de nuevo a utilizar la menor instrumentación posible, salvo excepciones. Toman elementos del ayer y, también, cosas nuevas.

¿En qué ha cambiado la escena desde que empezaron?

M.K.: La tecnología ha permitido avances importantísimos. Comenzamos a grabar con cuatro u ocho pistas y hoy son más de cien. Como contrapartida, hoy cualquier idiota puede entrar en el estudio a grabar un disco; si canta fuera de tono, se corrige con máquinas. Y proliferan los éxitos de consumo rápido, canciones de usar y tirar.

¿También es distinto el fenómeno fan?

M. K: Sigue siendo maravilloso, normal y sano. Hubo una ocasión, cuando sacamos la película Los chicos con las chicas, que unas monjas se escaparon para ir a verla. Hoy esas cosas les ocurren a cantantes como Enrique Iglesias. Y hay más libertad, aunque Iglesias haya tenido que hacer dos versiones de su canción Tonight I'm fucking you, una de ellas más edulcorada, para que pueda escucharse en horario diurno.

¿Cuándo creen que ha sido más difícil provocar?

M. K: Con la censura no era fácil provocar. Yo no era transgresor pero venía de Alemania, un país más libre. En una ocasión no me gustó el comportamiento de la Policía en un concierto, los agentes pegaron a los fans y dije por el micrófono que la Policía era una mierda. Fui directamente al calabozo y me pegaran con una toalla para que no quedaran marcas.

M. V: No era fácil ignorar a la censura. Cada vez que íbamos a la televisión, antes de pasar por el plató teníamos que pasar por la barbería para cortarnos el pelo.

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