Me dijeron que venía por las noches. Que era muy tímido y que no quería molestar. Que si le dejaba el diente bajo la almohada me recompensaría con un regalo.
Hubo una noche en la que esperaba su visita. Estaba nervioso y a la vez ilusionado. Mi candidez se vino abajo cuando sorprendí a mi padre intentando meter un billete de 500 pesetas bajo la almohada.
Aquella noche no dormí del disgusto. Ahora he vuelto a recordar aquella frustración.
Los políticos son como ese ratón, no te piden los dientes caídos, te piden el voto. Crees que son maravillosos y son una falacia, no existen.
Muchos cordobeses no fueron a votar porque ya no creen en el roedor Pérez. Ahora resulta que son ellos los que tienen la culpa de los resultados y no cuenta para nada la opinión de quienes sí lo hicieron. PSOE e IU han perdido las elecciones y serán quienes gobiernen.
Es algo lícito, así funciona la democracia, pero que sepan que los hemos pillado intentando meter un billete bajo la almohada.
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