Las primeras consecuencias de la visita del presidente norteamericano, George W. Bush, a la capital italiana no se han dejado esperar.
Varios manifestantes han protestado contra la visita de Bush lanzando botellas a la Policía en el centro romano.
La Policía lanzó gases lacrimógenos para intentar controlar a los manifestantes, en las que al menos un policía ha resultado herido.
El casco romano cerrado
Los restaurantes y comercios de la capital echaron los cierres.
El incidente ocurrió lejos de donde Bush se está hospedando, la residencia del embajador estadounidense, en otro barrio de la ciudad.
Paralelamente, unos 12.000 manifestantes, realizaron protestas pacíficas en Roma contra la guerra de Estados Unidos en Irak y la expansión de una base del ejército estadounidense en Italia.
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