Condenan a un hombre a 9 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a una menor

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un hombre a nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a una menor de 8 años, así como 15 años de prohibición de acercarse a la afectada y 15.000 euros de indemnización.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a un hombre a nueve años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a una menor de 8 años, así como 15 años de prohibición de acercarse a la afectada y 15.000 euros de indemnización.

Así lo recoge la sentencia dictada, en la que se recoge como hechos probados, que el ahora condenado comenzó en 2002 una relación sentimental con Z., que tenía dos hijos de una anterior relación, J. y M., esta última tenía en esos momentos unos 8 años.

En este sentido, al trasladarse a vivir con Z., el procesado inició un acercamiento progresivo con M. y, "poco a poco, iba aumentando" en contenido sexual para satisfacer sus intereses sexuales.

En concreto, el procesado cuando entraba en el baño que había en la vivienda mientras M. hacía sus necesidades, aprovechaba, en ocasiones, para ducharse con la cortina abierta y tocarse. Asimismo, otro de los episodios probados se centra en cuando la menor acompañaba al condenado a tirar la basura, este le cogía por la mano y se la introducía en el interior del pantalón, para mas adelante meter su mano en las partes íntimas de la menor.

Además, en otras ocasiones el condenado llevaba a M. a un cuarto de herramientas en la azotea "y le daba besos con lengua y cuando la castigaba la enviaba al mismo cuarto y aprovechaba" para cerrar la puerta y tocarle.

Así, cuando la menor tenía 9 años, el procesado aprovechaba el trabajo nocturno de su madre y "con frecuencia la llevaba a su dormitorio donde la masturbaba" en la cama o le pedía que ella le masturbara a él.

La situación continuó hasta que a los 14 años M. le confesó al procesado que "se quería morir porque no aguantaba" la situación, y éste dejó de acosarla pero se masturbaba delante de ella. Además, el acusado "siempre advirtió a M. que no dijera nada", haciéndole jurar por su bisabuela ya fallecida y a la que la menor quería mucho, que "no diría nada".

Finalmente, señalan que como consecuencia de estos hechos y de otras situaciones vividas, M. sufre un cuadro ansioso-depresivo, actualmente en tratamiento con profesionales.

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