El problema radica en el desvío que deben realizar los buses cuando suben por Gregorio de la Revilla. Al no poder continuar por esta calle –la plaza de Indautxu lo impide–, deben girar por Alameda de Urquijo, luego por Manuel Allende y Simón Bolívar para volver a Gregorio de la Revilla. Cuatro complicados giros para salvar apenas 250 metros de distancia.
«No han acertado con los recorridos; esas calles están hechas para los turismos, no para los buses», explica Mikel Fernández, conductor y miembro del comité de empresa de TCSA, la empresa concesionaria de Bilbobus.
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... qué línea se eterniza
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La doble fila, el peor de los males
Es incontrolable y cuando los conductores de Bilbobus se topan con ella, el viaje puede eternizarse. La doble fila es uno de las causantes de los colapsos de los autobuses, que terminan incumpliendo sus frecuencias. Los autobuses tienen que lidiar a diario con los coches mal aparcados en la zona centro, sobre todo en horario comercial. Cuando los coches estacionan en las esquinas, los buses no pueden torcer y se forma el atasco.
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