También estas superficies distribuirán dípticos que alertarán sobre las secuelas físicas y psíquicas que deja el consumo tempranero de alcohol. Ya se sabe que esto disminuye el rendimiento intelectual, entorpece el crecimiento, aumenta conductas de riesgo al volante... El objetivo es rebajar el número de bebedores menores, retrasar la edad de inicio y reducir el consumo.

Desde luego, las borracheras antes de los 18 años están lejos de ser inusuales. Los menores vascos se inician en el consumo a una edad media de 14 años. Además, tres de cada diez jóvenes de 15 a 24 años son bebedores excesivos los fines de semana, según un estudio del Gobierno vasco.

Realmente, a un establecimiento se le puede caer el pelo si vende alcohol a adolescentes. Hay multas de 3.000 a 600.000 euros, e incluso pueden cerrar la tienda. Pero siempre hay cómplices con más de 18 años en el carné. El Gobierno vasco anima a sumarse al convenio a los 21.300 comercios de Euskadi.

El súper contra la taberna

El convenio contra el consumo adolescente de alcohol se firma con los supermercados, que no con los bares. «Cuantas más barreras, mejor para prevenir el consumo de alcohol entre menores», afirmó ayer Javier Madrazo, consejero de Asuntos Sociales. Para prevenir el bebercio prematuro en taberna, los 6 euros que vienen a cobrar los bares de hoy por hoy por un cuba-libre ya es barrera suficiente. Eso sí, llega el verano, y con ello la legislación se relaja. Pedir el DNI al cliente jovenzuelo en una txosna es algo del todo infrecuente.