Vivir otras vidas
Esta situación es la que ha provocado que duren tantos años. «Tenemos mucha moral. Al principio se convirtió en una forma de quedar y hacernos amigos, pero el teatro te permite interpretar muchos personajes, convertirte en otras personas y olvidarte de los problemas del día a día», añadieron.
Desde que la compañía se fundó, allá por 1982, cada año ha habido una representación diferente. La primera fue El viejo celoso, un entremés de Cervantes y a ella le siguieron Chocolate a la española, La cigüeña bromista o Las tres perfectas casadas, entre otras. «Elegirlas era muy difícil porque todos queríamos estar en el escenario y no abundan los textos que tengan nueve actores», recalcó Isabel.
Su permanencia es el resultado también de saber tener iniciativa. Tanto el vestuario como los escenarios los hacen ellos mismos, «con los cónyuges de cada uno, que son fundamentales». Además, cuentan con la ventaja de que tienen un pequeño teatro a su disposición y un cuarto para guardarlo todo en el colegio. «Los frailes nos han apoyado mucho y nos dan muchísimas ventajas», afirmaron todos.
Respecto a hasta cuándo durará esta entrega al teatro, ni ellos mismos lo saben. «Hasta que el cuerpo aguante, que nos hacemos mayores y se nota».
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