'Tiempo sin aire', un relato sobre el dolor y la sed de venganza

Es la historia de una mujer colombiana que pierde a su hija a manos de paramilitares y que viaja a España en busca del responsable
Festival tiempo sin aire película cine
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EUROPA PRESS
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'Tiempo sin aire', la segunda película que dirigen juntos Andrés Luque y Samuel Martín Mateos, presenta un relato sobre el dolor y la sed de venganza, en la que las pulsiones más elementales y oscuras del ser humano son las protagonistas. La tesis que trata de refutar este drama es que la violencia acaba engendrando más violencia.

La película, proyectada este lunes en la Sección Oficial a concurso del Festival de Málaga. Cine Español, ha sido presentada este lunes en rueda de prensa por los directores, los actores Juana Acosta, Carmelo Gómez, Adriana Ugarte, Félix Gómez y Toni Acosta, y los productores Gerardo Herreo y José Velasco.

'Tiempo sin aire' es un drama que relata como María (Juana Acosta), una enfermera colombiana que perdió a su hija a manos de tres paramilitares, viaja desde su país acompañada por su hijo pequeño hasta Santa Cruz de Tenerife para encontrar y vengarse de uno de los asesinos. Para localizarlo, la protagonista guarda una foto, que encontró en su hogar destruido, con un rostro, una dedicatoria y un nombre: Iván.

En paralelo, la vida de Gonzalo (Carmelo Gómez), un psicólogo escolar, da un vuelco el día que conoce a María, implicándose con ella en su incesante y obsesiva búsqueda. Mientras tanto, ajenos a todo, en algún rincón de la capital canaria, la vida de Iván (Félix Gómez) y su novia Vero (Adriana Ugarte) está a punto de cambiar para siempre.

Martín y Luque para quienes esta es la segunda película que dirigen juntos, después de 'Agallas', han explicado que en este filme, en el que ambos hacen un cameo, han querido "profundizar en las almas de los personajes" y contar "una historia transversal en el tiempo y en el espacio".

La cinta pone el foco en las víctimas de los conflictos. "Siempre hay unas víctimas que pagan las consecuencias del enfrentamiento entre los poderosos, y en este caso nuestra intención es poner la atención en ellas, en lo que sufren y en las consecuencias que tiene la violencia, que muchas veces se reproduce o actúa en otro tiempo y en otro espacio", han explicado los directores.

Para ello, los directores han echado mano de "las pulsiones elementales del ser humano", tales como la venganza, el dolor, la mentira o la entrega absoluta, intentando ver "cómo se comporta el ser humano en un momento grave de conflicto".

Dar voz a las víctimas

Para Juana Acosta el dolor es una forma de "darle voz a las víctimas", en el marco de un conflicto en el que Colombia se ha visto envuelta en los últimos 50 años, incidiendo en que "reparador" para ellas "que se hable de lo que les ha pasado". En ese sentido, a su juicio, "el cine es reparador".

Ha descrito su personaje como una mujer "absolutamente ciega por el odio". "Una madre rota que como no consigue elaborar su duelo y que, como no tiene la suficiente estructura para hacerlo de una manera sana, se le va por el lado de la venganza, y no es capaz de ver que la vida le está dando otra oportunidad", ha sostenido.

Ese sentimiento afecta incluso en la relación con su hijo pequeño, aunque, según han explicado los directores, el trato de la protagonista con el niño se fue "dulcificando" a lo largo del rodaje con respecto a la frialdad que recogía el guion. "Pensamos que corríamos el riesgo de que el espectador se separara del personaje de María por no atender suficientemente a su hijo", han comentado.

La actriz colombiana, que ha asegurado que el papel de María "es un regalo", ha confesado que al meterse tan a fondo en la piel del personaje que interpreta, "a veces me cuesta separarlo cuando llego a casa".

"Sueño con que algún día mi país pueda estar en paz, porque llevo 15 años viviendo en España, pero Colombia lleva muchos años viviendo una guerra civil muy compleja", ha expresado la actriz, quien ha deseado que "ojalá que los intentos vayan a buen puerto, pero es un proceso lento, y las negociaciones son con cada uno de los grupos ilegales", ya que, ha apuntado, "no solo están las FARC".

No obstante, Acosta ha incidido en que las cosas en Colombia no son hoy en día tal y como se plantean en la película, ya que, según ha dicho, el país "está viviendo un proceso de desarrollo".

Félix Gómez, que ha admitido que le costó aceptar el papel, ha explicado que en Estados Unidos tuvo la oportunidad de hablar con excombatientes de guerra y que eso le valió para hacerse una idea de cómo "una persona normal en un ambiente de salvajismo e infierno se puede convertir en un animal".

Por su parte, Adriana Ugarte, ha afirmado que no se enamora de los papeles protagonistas, sino de los personajes. En este caso, la mujer a la que da vida tiene "la sensación de no poder ser más infeliz" y que va a Colombia "a buscar luz más que oscuridad".

Por último, Carmelo Gómez ha señalado que existe "una deuda impagable por tanto dolor, sufrimiento y sacrificio de gente que no sabe de qué va esto". Su personaje, ha dicho, es "un pacista y un sanador en medio de todo esto", al tiempo que ha concluido que "somos testigos del dolor y del horror que está habiendo en otros continentes".

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