El Consejo de Gobierno ha aprobado dos órdenes, a propuesta de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes, por las que va a destinar un total de 900.000 euros en becar a los estudiantes excelentes de la región y en potenciar la formación hacia la empleabilidad.

En rueda de prensa, posterior al Consejo de Gobierno, el consejero del ramo, Marcial Marín ha indicado, respecto las becas a la excelencia, que serán un total de 40 estudiantes los que se beneficien de ellas, recibiendo un importe de 2.500 euros cada uno de ellos.

Serán beneficiarios 15 estudiantes que realizaron la prueba de acceso a la universidad y obtuvieron una nota igual o superior a 9 y cursen estudios de Grado en las facultades de Castilla-La Mancha o en el campus de la Universidad de Alcalá, y cinco para estudiantes que estando empadronados en la región y estudien universidades de fuera.

De igual modo, Marín ha explicado que de las otras 20 becas de esta orden, 15 son para alumnos de segundo curso de grado u otro curso superior que hayan una nota de 9 o superior, y cinco para los castellano-manchegos que estudian fuera de la región.

"Queremos que este esfuerzo premie la excelencia y revierta para que estos estudiantes realicen su carrera profesional en Castilla-La Mancha", ha defendido Marín.

Para los que quieran volver a las aulas

La otra orden de ayudas contempla un partida de 800.000 euros y está dirigido a dar una segunda oportunidad a los jóvenes que ni estudian ni trabajan, para que vuelvan a las aulas y mejoren, así, sus posibilidades de encontrar un empleo.

Esta partida se encuadra dentro del Plan de Garantía Juvenil, promovido por Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ha dicho el consejero, que ha añadido que para acceder a estas becas los solicitantes han de estar inscritos en el fichero nacional de Garantía Juvenil.

Con estas ayudas, que oscilan entre los 200 y los 2.000 euros, el Gobierno regional quiere volver a llevar a las aulas a aquellos jóvenes que abandonaron su formación para mejorar su empleabilidad y para reducir la tasa de abandono prematuro en 10 puntos, como ha sucedido en los últimos tres años, cuya estadística ha pasado del 31,5 al 22,2 por ciento.