Fuerzas turcas atacaron ayer un bastión de los rebeldes kurdos turcos en una montaña del norte de Irak, un día después de que el primer ministro iraquí urgiera a Turquía a usar la diplomacia para aliviar las tensiones en la región. El ataque turco se produce pocos días después de que Ankara trasladase tanques a su frontera y crecieran las especulaciones en torno a que el Gobierno del primer ministro Tayyip Erdogan planificaba una incursión militar. El asalto tuvo como blanco un área montañosa que los combatientes del separatista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) usan como trampolín para lanzar ataques en Turquía y no provocó víctimas.