Miguel Brieva se pasa a la novela gráfica con una historia de "terror" social

  • Miguel Brieva se ha convertido en uno de los autores más críticos con los derroteros hipercapitalistas de la sociedad actual.
  • 'Lo que me está pasando' trata de un licenciado al que el desempleo y la precariedad han sumido en una profunda depresión.
  • "Volverse loco, como se vuelve el personaje es una de las pocas salidas que le quedan. La propia locura le ofrece la oportunidad de escape", dice. 
Revista 'Dinero'
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Si la cultura popular suele responder a las crisis con obras de catástrofes y gigantes mutantes, el dibujante Miguel Brieva opta para su primera novela gráfica, Lo que me está pasando, por un monstruo real pero igualmente devastador: el paro que se ha zampado el futuro de casi toda una generación.

A lo largo de su carrera, Brieva (Sevilla, 1974), editor entre otros trabajos de la demoledora revista gráfica Dinero, se ha convertido en uno de los autores más brillantemente críticos con los derroteros hipercapitalistas de la sociedad actual, accionada por los mantras del consumo, las consignas políticas, la adoración tecnológica y una sumisa ceguera ante el holocausto medioambiental.

En su paso a la novela gráfica, Brieva, explica en una entrevista con Efe, mantiene intactas todas estas inquietudes.

Aquí la historia se hila en Los diarios de un joven emperdedor (sic), aclarador subtítulo para esta obra, "antítesis" de la idea del "emprendedor" tipo Mark Zuckerberg, la quimera con la que, a su juicio, se ha querido narcotizar la rabia de aquellos que se han quedado fuera del mercado laboral.

El protagonista de Lo que me está pasando es un licenciado al que el desempleo y la precariedad han sumido en una profunda depresión que le lleva a la locura, a un mundo alucinado donde los objetos inanimados cobran vida y le hablan en un estridente debate que por momentos recuerda a una de esas tertulias televisivas en las que todos quieren imponer su verdad a gritos.

Una gama de sepias describe el apocalipsis que se produce en la cabeza del protagonista, un espacio de toques kafkianos y oníricos.

"Volverse loco, como se vuelve el personaje es una de las pocas salidas que le quedan. La propia locura le ofrece la oportunidad de escape. Lo interesante es comparar ese proceso con esta sociedad ya loca de por sí. Un señor hablando solo por la calle nos parece fuera de lugar, pero es mucho más loco lo que se ve por televisión", argumenta Brieva para defender al protagonista de su obra.

"Capacidad de raciocinio pesimista"

El dibujante combate su propia "capacidad de raciocinio pesimista", que transmiten algunas viñetas, con un corazón optimista, "un resorte de supervivencia" que junto a la imaginación ve fundamental para que la cosas cambien, no sólo en España como país, sino en el origen de la propia naturaleza humana.

"En España ido ha brotando una posibilidad de cambio que se ha ido haciendo más real. Frente a la idea asumida de que la salvación pasa por la tecnología y por aumentar el desarrollo, usando más materias primas, sólo la imaginación puede modificar el rumbo, porque lo más urgente es imaginarnos como especie y crear otro mundo. Es posible", comenta el dibujante.

Para Brieva, cuya novela gráfica incorpora numerosas referencias al movimiento del 15-M, la sociedad española se encuentra por primera vez en décadas ante una verdadera encrucijada.

"La esperanza debe estar por encima del miedo y la apisonadora mediática; los cambios solo pueden brotar desde abajo y desde la sociedad, y hay una posibilidad de hacerlo en formato de cita electoral", asevera.

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