Investigadores de la USAL demuestran la posibilidad de producir trufa negra en la provincia de Salamanca

Investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL) han demostrado la posibilidad de producir trufa negra en distintos puntos de la provincia de Salamanca a pesar de que a priori parecía que las condiciones del suelo no eran las más adecuadas para el cultivo.
El vicerrector Juan Manuel Corchado y el director del CIALE, José Sánchez
El vicerrector Juan Manuel Corchado y el director del CIALE, José Sánchez
EUROPA PRESS
El vicerrector Juan Manuel Corchado y el director del CIALE, José Sánchez

Investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL) han demostrado la posibilidad de producir trufa negra en distintos puntos de la provincia de Salamanca a pesar de que a priori parecía que las condiciones del suelo no eran las más adecuadas para el cultivo.

Concretamente, el Grupo de Palinología y Conservación Vegetal de la institución académica ha conseguido su fructificación sin necesidad de "grandes actuaciones externas" en una explotación de Aldearrubia.

Para ello no ha sido preciso dotar de mayor concentración caliza el suelo, como se ha efectuado de manera articifial en otros lugares para poder sacar trufas, solo ha sido preciso buscar un suelo con PH subalcalino por encima de 7,5, unas condiciones en las que se encontraba el lugar elegido para su plantación y que también se dan, por ejemplo, en la próxima comarca salmantina de La Armuña.

El vicerrector de Investigación y Transferencia de la USAL, Juan Manuel Corchado, y el director del Instituto Hispano-Luso de Investigaciones Agrarias (Ciale), José Sánchez, han presentado este estudio pionero y que ha permitido sacar las primeras trufas en Salamanca.

El grupo inició el proceso hace una década en encinares de la localidad salmantina de La Orbada, donde no se encontró el hongo de manera natural. Aun así, se realizó una plantación en el término de Aldearrubia, con dos grupos de tres encinas cada uno y con un proceso único de poda y riego de mantenimiento, en verano.

Los análisis dieron resultados "poco alentadores" pero el equipo inició el adiestramiento de un perro, llamado Tango, para facilitar la localización de trufas, en el caso de que finalmente saliese la iniciativa adelante.

En este año, el 24 de enero, Tango localizó las dos primeras trufas en dos árboles y, días después, han llegado más en otros dos árboles de Aldearrubia, con un peso total de más de un kilogramo, lo que podría rondar entre 500 y 1.000 euros de venta en los mercados.

Esta cosecha, de extrapolarse a un terreno de una hectárea, equivaldría a cerca de 40 kilos de producción de calidad y de tamaño normal, una cantidad "más bien alta" si se compara con las explotaciones que se dedican a este producto.

Tanto José Sánchez como Juan Manuel Corchado han mostrado su satisfacción por este resultado y han mostrado su interés por continuar y poder ofrecer mecanismos y herramientas que den servicios a los agricultores salmantinos interesados en este proceso.

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