La fiscal general del Estado, Consuelo Madrigal, ha reclamado este lunes tanto al Gobierno como a las 13 comunidades autónomas con competencias en materia de Justicia "más medios materiales y humanos y más protección" para que los fiscales puedan ser más efectivos contra la corrupción.

Madrigal ha realizado esta reclamación —con el objeto de reforzar a los fiscales anticorrupción en todos los territorios en los que son necesarios— durante su intervención en un encuentro organizado por la Asociación contra la Corrupción y por la Regeneración Social (ACCORS) que precedió a un debate entre candidatos a la Alcaldía de Madrid.

Durante la presentación de este debate, Madrigal incidió en la existencia de una corrupción que ya es objetivo de grupos criminales organizados que hasta ahora se centraban en el tráfico de drogas o la trata de personas, y que ahora se nutren también de comportamientos corruptos "añadiendo una dimensión transnacional al problema y dificultando las investigaciones".

Otras características de esta corrupción son la "pluriformidad" de delitos, que superan los ya tradicionales de cohecho y malversación de fondos públicos con conductas de blanqueo de capitales, delitos fiscales o contra el medio ambiente, según Madrigal, que apunta que se trata de personas que confunden las esferas públicas y privadas , "lo que facilita la opacidad de las conductas y del destino de las ganancias".

Economía del crimen

La fiscal general ha mostrado igualmente su preocupación por el perfeccionamiento de los sistemas de ocultación de estas ganancias ilícitas, que son generadas por unas conductas que ha calificado de "una verdadera economía del crimen".

"En este marco es en el que debes situar la corrupción económica, política y administrativa" según Madrigal, que afectan a la percepción por los ciudadanos de la existencia de unas instituciones pervertidas que acaban socavando el Estado de Derecho.

Finalmente, ha apuntado que aunque la Fiscalía se ocupa de la represión penal también es imprescindible la prevención. Admite, no obstante, que junto a la percepción por parte de los ciudadanos también se asiste a "cierta expectativa positiva de que los autores, cada menos van a quedar impunes".