La Policía Nacional de Cartagena ha detenido a dos directivos de una multinacional del sector químico, que posee una planta en el Valle de Escombreras, por supuesta sustracción de combustible desde el año 2003, habiendo acumulado el valor de lo estafado una cantidad cercana al millón y medio de euros.

La operación se saldó también con la detención de un empresario de Albacete, en cuyos camiones cisternas se transportaba el carburante sustraido hasta la vecina provincia, donde era distribuido al por menor a un precio más bajo que en las gasolineras.

La víctima, una multinacional italiana

Fuentes cercanas a la investigación han afirmado que la empresa víctima de este fraude es la multinacional italiana Saras Energía, dedicada a la distribución al por mayor de carburantes y combustibles.

De hecho, fue la propia empresa la que puso en conocimiento de la Policía determinados hechos constitutivos de un presunto delito de apropiación indebida de una importante cantidad de combustible de la planta que dicha empresa posee en Escombreras, y que se podría estar produciendo desde hacía varios meses.

Las investigaciones recayeron en el Grupo de Delincuencia Económica y Tecnológica de la Comisaría de Cartagena, que pudo establecer que las citadas "distracciones" de combustible se venían produciendo efectivamente desde el año 2003 hasta la fecha.

Las pesquisas policiales permitieron establecer que el sistema empleado consistía en la salida irregular de combustible de la empresa del Valle de Escombreras, a través de camiones cisternas pertenecientes a una empresa dedicada al transporte y compra venta de carburantes al por menor ubicada en la provincia de Albacete.

Para ello, era necesario la connivencia entre uno o varios de los empleados de la planta de Escombreras, aparentemente en puestos de responsabilidad, con el propietario de la empresa manchega, según informó en una nota de prensa la Policía Nacional de Cartagena.

De hecho, los autores conocían perfectamente el funcionamiento de la planta, lo que les permitía de manera segura, y según los casos, bien alterar tanto los contadores como la documentación generada en las cargas de combustible por parte de los camiones cisternas, bien no declarar la entrada de determinadas cantidades de combustible a la planta procedentes de los buques.

Una vez el combustible era trasportado a Albacete, era vendido a particulares a precio ligeramente inferior al fijado en las gasolineras.

El avance en la investigación permitió la identificación de los sospechosos como el propio director de la planta, M.A.F.A, y un supervisor de la misma, J.J.P, así como a A.C.R, propietario de la empresa de Albacete. Los tres fueron detenidos y puestos a disposición judicial.