Los médicos dicen que el bebé de Narón llegó casi muerto y era "puro hematoma"

  • Piden 8 años de cárcel para la madre y 24 para el padre.
  • Natalia dio en la ambulancia "sus últimas respiraciones".
  • El Policía que les tomó declaración no les vio afectados.

Los médicos que atendieron a Natalia, la niña de nueve meses de Narón fallecida en junio de 2005, aseguraron hoy que esta "llegó practicamente muerta" al Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol, era "puro hematoma" por el número de lesiones apreciables a simple vista.

El ministerio fiscal ha pedido para la madre de la niña, Paola Andrea Vélez, ocho años de cárcel por homicidio imprudente y maltrato continuado, así como 24 años y nueve meses de cárcel para su novio, Iván Naveiras, por los delitos de asesinato y maltrato continuado.

Un shock para los médicos

"Fue un shock ver al bebé", declaró el médico del 061 que la llevó en ambulancia

"Fue un shock ver al bebé", declaró el médico del 061 que la llevó en ambulancia desde el centro médico de Narón hasta el Marcide, quien agregó que lleva muchos años ejerciendo la medicina, incluso casos de malos tratos "pero uno no está preparado para algo así".

Este facultativo afirmó que desde que recogieron a la niña en Narón el equipo sanitario "iba a la desesperada" para salvar su vida, pues estaba "prácticamente en coma", pero ya en la ambulancia dio "sus últimas respiraciones".

Al llegar al hospital ferrolano un equipo estaba preparado para intentar reanimar a Natalia, pero ya no fue posible, como relató el pediatra que la trató, quien indicó que "llegó con muy mal estado general, con el cuerpo lleno de múltiples hematomas, el más llamativo en la zona del hígado".

En su opinión, la pequeña tenía que llevar "varias horas en mal estado" antes de acudir al centro médico dada la gravedad de su estado, pese a su madre y el novio de ésta esperaron horas en casa hasta que decidieron ir a la consulta.

A este respecto, la médico que atendió a Natalia en el ambulatorio de Narón señaló que llegó "postrada, con hematomas por todo el cuerpo, con taquicardia y con respiración más acelerada de lo normal".

De este modo, concluyó que "cuando llegó se estaba muriendo" y "sí se podía saber el alcance" de la gravedad de la situación, en contra de lo afirmado por la madre de la niña en el primer día de juicio.

Un caso de maltrato

Tanto este médico como el pediatra del Marcide y su compañero del 061 coincidieron que lo primero que pensaron era que se trataba de un caso de maltrato, puesto que había numerosas lesiones y de diversa evolución, de forma que se habían producido en momentos distintos.

Asimismo, el especialista del Marcide consideró que la rotura de un asa intestinal se tuvo que deber a un "fuerte traumatismo" en esa zona, ya que "no es frecuente" que se produzca.

Fue este médico el que comunicó la muerte de Natalia a su madre y a su novio, que rompieron a llorar, aunque Iván primero se mostró "primero un poco más frío", según describió el facultativo.

Sin embargo, el inspector de Policía que les tomó declaración ya en el hospital se mostró tajante al señalar que "no estaban afectados, ni uno ni otro" y recalcó que "tenían que estarlo más de lo que estaban, como a cualquiera que se le acaba de morir un hijo".

Asimismo, contó que Iván le reconoció que había cogido "fuerte con los brazos" a Natalia en ocasiones y también que una vez Paola Andrea le había pegado con un cinturón porque la niña no tenía ganas de comer.

Por otra parte, los diversos médicos que atendieron a Natalia antes del día de su muerte afirmaron que era una niña "muy alegre y contenta", con un estado físico "muy bueno" y que se mostraba "cariñosa" con Iván Naveiras, que era quien solía llevarla a las consultas.

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