La banda sonora original de la fiesta fallera

Falleras y músicos, en uno de los primeros actos falleros de este 2015, bajo el balcón del Ayuntamiento de Valencia.
Falleras y músicos, en uno de los primeros actos falleros de este 2015, bajo el balcón del Ayuntamiento de Valencia.
EVA MÁÑEZ
Falleras y músicos, en uno de los primeros actos falleros de este 2015, bajo el balcón del Ayuntamiento de Valencia.

Las Fallas no podrían ser sin música y la música fallera no tendría sentido sin la fiesta. La relación entre músicos y falleros es estrechísima en las calles, tanto es así que algunos actos no se entenderían sin su canción o, más bien, su repertorio correspondiente.

Las falleras no entregarían su ramo igual a la Virgen sin las clásicas notas de Valencia que resuenan en la Ofrenda, y la Cremà nunca es totalmente Cremà hasta que no se empieza a entonar al unísono la primera estrofa del Per a ofrenar... del Himno de la Comunitat.

Tarareando o, ¿por qué no?, bailando alguno de los temas clásicos de las fiestas falleras se ameniza la espera para ver el espectáculo de luces del siempre concurrido barrio de Ruzafa y las aglomeraciones típicas de estas fechas para realizar el tradicional recorrido de las Fallas de Sección Especial son mucho más llevaderas si la música acompaña. Y si además de escuchar esas notas que todo valenciano asocia a la fiesta que da la bienvenida a la primavera, la interpretación es en directo, la alegría es doble.

Sin desentonar

Si hay un grupo en Fallas admirado y alabado por valencianos y turistas, y siempre con el permiso de las sufridas falleras, esos son los músicos de las bandas. Siempre acompañando y promoviendo la celebración en las calles, perfectamente uniformados en los largos recorridos a pie y,en algunos casos, con la desventaja añadida de cargar con el instrumento.

En esos recorridos, durante los pasacalles, es cuando más visibles son los músicos, pero su presencia se percibe en prácticamente todos los actos como una compañía perfecta. Todas las agrupaciones adaptan su indumentaria y repertorio para no desentonar ni en los actos más solemnes y emotivos ni en los que son marcadamente informales y lúdicos.

Así como Lo cant del valencià o L’entrà de la murta son imprescindibles en las citas más ceremoniosas, siempre se echa de menos La manta al coll cuando no se escucha en los momentos más distraídos.

Una tradición de años

La vinculación entre bandas de música y comisiones falleras es muy antigua y en este sentido existen casos en los que una banda en concreto acude todos los años a Valencia durante esta semana fallera, desde hace décadas, contratada por la misma falla. Esta relación trasciende lo puramente formal y se establecen conexiones personales que se van repitiendo y consolidando año tras año. Esta unión contribuye al enriquecimiento de la fiesta en ambos sentidos. Otras comisiones falleras, aunque son muy pocas, optan por otorgar un peso específico a la música y han creado su propia sociedad musical con su escuela para ir formando a los falleros y que pasen después a ocupar las vacantes de la banda.

Lamentablemente, en los últimos años la situación económica también ha golpeado a las comisiones falleras, que han optado, en muchos casos, por ahorrar en música. En los pasacalles se puede observar más claramente cómo desde las comisiones más grandes, con hileras e hileras de falleras, hasta las más pequeñas y familiares han reducido su número de músicos: de los  40 o 50 que se podían contar en la Ofrenda hace menos de una década, a una docena, seis o incluso ninguno que ahora escoltan a los falleros y falleras.

Sin embargo, según las estimaciones de las sociedades musicales, el coste de las bandas de música solo supone una inversión del 1,45% del total del gasto que se realiza en Fallas. Las formaciones que desfilarán estos días por la capital y también por las calles de numerosas poblaciones de Alicante, Castellón y Valencia son cada vez  menos y las que resisten han visto muy diezmados sus componentes.

Para el presidente de la Federación de Sociedades Musicales, Pedro Rodríguez, este recorte en cantidad de bandas y número de músicos compromete seriamente la calidad. "Muchas bandas se han quedado en un grupo de 10 o 12 músicos que ven más difícil, año tras año, ofrecer una interpretación digna en los actos en los que aún sobrevive la música", comenta. Desde la FSMCV reconocen que el coste puede ser elevado, sobre todo si se tiene en cuenta el tamaño de la comisión fallera, pero recuerdan que también hay que poner en la balanza la calidad y solemnidad que aporta una banda de música. En este sentido, recalcan que se podría incentivar la contratación de bandas profesionales para enriquecer y mejorar aún más la fiesta.

Desencuentro institucional

El compañerismo entre falleros y músicos que se vive a pie de calle no encuentra reflejo en sus representantes. De hecho, las sociedades musicales llevan años reivindicando su papel de agente cultural dentro de la celebración fallera sin obtener el respaldo que reclaman. Tanto es así que, según recuerdan desde la FSMCV, en el expediente que se presentó para que las Fallas fueran declaradas Patrimonio de la Humanidad, lo único que se dice es que la música es "una cosa" que acompaña a la fiesta. "Y esa es la única línea y lo único que se cita", recalcan.

Según indican, la Federación tiene pedida cita con el concejal de Fiestas, Francisco Lledó,  desde hace cuatro años sin que hasta ahora haya habido respuesta. El principal tema de debate en esa reunión sería conseguir una cooperación al estilo de la que se lleva a cabo con la Unión Nacional de Entidades Festeras (UNDEF) y la Asociación Sant Jordi de Alcoi en la fiesta de Moros y Cristianos.

El máximo representante de las sociedades musicales achaca esta escasa sintonía a la dejadez y a una falta de coordinación con los representantes de la Junta Central Fallera. Cree que parte de la responsabilidad de este desencuentro se debe a que el responsable de las Fallas sea un concejal, en lugar de dejar la fiesta en manos de la iniciativa privada.

De hecho,en los últimos años se está extendiendo una corriente dentro del mundo fallero favorable a que la Junta Central Fallera se gestione de forma independiente del Ayuntamiento de Valencia, es decir, al margen de cualquier tipo de tutela política.

En busca de nuevas opciones

Uno de los espejos en los que se quiere mirar la Federación a nivel de coordinación musical es el de la Semana Santa de Cuenca, donde se exige un número mínimo de músicos y capacidad probada de interpretar una serie de obras básicas del repertorio de la fiesta. Esta variedad y riqueza de piezas relacionadas con las Fallas también se podría perseguir, a su juicio, potenciando la composición de obras relacionadas con las fiestas valencianas.

"No se trataría de desechar las canciones de toda la vida, pero hay que ofrecer oportunidad a los jóvenes compositores e ir alternando los temas más recurrentes", reflexiona.

Unos 40 euros por músico y acto

Según un estudio económico de la Interagrupación de Fallas de Valencia, un músico puede cobrar durante los días que dura esta celebración entre 400 y 500 euros, según el número de actos que tenga contratados. La participación en los actos falleros se valora de forma diferente según se trate de un pasacalles, una recogida de premios o el acompañamiento en la ofrenda. El precio por músico y acto se sitúa alrededor de los 40 euros, pero en el caso de la Despertà la cuantía puede verse reducida hasta los 20 euros.

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