El alcalde de Lleida, el socialista Àngel Ros, ha asegurado este jueves que si él fuera un ciudadano estaría "muy enfadado con lo que está pasando en el equipo municipal socialista", refiriéndose a la entrada en el Ayuntamiento de los agentes de la Oficina Antifraude y la Fiscalía Anticorrupción por las denuncias presentadas por la concejal Marta Camps.

"Si yo fuera un ciudadano de Lleida que no se llamara Àngel Ros estaría muy enfadado viendo lo que está pasando en el equipo municipal socialista del Ayuntamiento", ha afirmado el alcalde respondiendo a las preguntas que le han formulado tras la conferencia anual organizada por la demarcación de Lleida del Colegio de Periodistas.

Sobre si esta situación afectará a las elecciones municipales, ha señalado que no tiene una bola de cristal para saberlo y que tendrá que gestionar el crédito que ha conseguido, su credibilidad como persona y la gestión del conflicto.

Ros no ha mencionado en ninguna ocasión el nombre de Marta Camps en su discurso en el que ha dedicado más de tres folios de doce al conflicto generado por la que fue hasta hace unas semanas su mano derecha, a la que expresamente se ha referido cuando ha relatado que el 18 de febrero destituyó "a la primera teniente de alcalde por falta de confianza".

Ha insistido en que judicializar y criminalizar la gestión municipal desde el epicentro del gobierno es grave porque en política hay "mil mecanismos" para expresar discrepancias.

"En política como en la vida, creo que uno de los valores fundamentales necesarios es la lealtad. Lealtad pese a la más absoluta divergencia, que además, afirmo que no ha existido en este caso", ha dicho.

En clave de futuro, Ros se ha referido entre otros asuntos al futuro parque de ocio dedicado a los pitufos, que según ha avanzado, el Ayuntamiento sacará a licitación, un proceso en el que le consta que están interesadas empresas locales.