El hombre a quien el empresario francés, Bernard Andrighetto, inculpa de haber entrado en su casa la noche en que murió de diez disparos su mujer ha dicho que no estaba en Girona el día del crimen, el 17 de octubre de 2011.

El supuesto amante de la víctima, según la versión de Andrighetto, ha declarado por videoconferencia este miércoles durante el juicio en la Audiencia de Girona, y ha asegurado haber estado en Girona "sólo una vez", —el año 2009 en el aeropuerto—, además de negar ser amante de la víctima.

Es el testimonio a quien la policía localizó después de la declaración de un testigo exculpatorio que aseguraba que un hombre llamado Franklin, negro y de ojos verdes, le había confesado haber planeado con su amante matar al marido de ella para quedarse con la herencia pero al final, ella resultó muerta.

El hijo del acusado asegura haber visto en casa el día del crimen a su madre con "un negro" de ojos verdes, una versión que ha desmontado el testimonio que ha dicho no tener los ojos verdes.

Lo que sí ha reconocido es tener una relación con la víctima, a la que conoció en la embajada de Nigeria en España, y le pidió que le gestionara la compra de un coche y le avanzó 6.000 euros por esta compra.

Para esta gestión se llamaron unas 200 veces, hasta 2006 cuando Bernard Andrighetto le exigió dejar de hablar con su mujer, por tanto, la relación entre los dos terminó cuatro años antes de la muerte de la mujer.

Los peritos niegan enfermedad mental

Los peritos que examinaron al acusado han declarado este miércoles durante al juicio, y han negado que Bernard Andrighetto tuviera una enfermedad mental que afectara sus capacidades el día del crimen y que estuviera muy afectado por el consumo de cocaína.

Los médicos forenses han dicho que la víctima recibió el impacto de diez balas, desde muy poca distancia, y han asegurado que es poco probable que la víctima muriera en medio de un tiroteo entre el acusado y una tercera persona.