La moción de censura presentada por la oposición contra el Gobierno francés del primer ministro Manuel Valls fracasó este viernes, como estaba previsto, al no conseguir el apoyo de la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional.

La moción obtuvo el apoyo de 234 diputados, lejos de los 289 necesarios, por lo que la ley de liberalización económica, motivo por el cual se interpuso la iniciativa, quedó automáticamente aprobada por la Cámara baja francesa.

"La ley de crecimiento y actividad pasa en la Asamblea. ¡Nada detiene el movimiento de la reforma!", celebró el propio Valls a través de un mensaje en Twitter firmado con sus iniciales, lo que indica su autoría personal.

Todos los 198 diputados de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), principal partido de la oposición, votaron a favor de la caída del Gobierno. Sin embargo, otros grupos se mostraron más divididos, como la centrista Unión de Demócratas e Independientes (UDI) —que copresentó la moción junto a la UMP—, siete de cuyos 30 diputados no se sumaron a la iniciativa.

El Frente de Izquierda, que había anunciado que apoyaría la medida, también se dividió por la votación, que solo respaldaron seis de sus quince legisladores. La patronal francesa, el MEDEF, se felicitó por la aprobación en la Cámara baja del proyecto de ley argumentando que "reformar es un ejercicio difícil (...), pero indispensable".

"Aunque esta ley no vaya sola a colocar de nuevo a Francia en la senda del crecimiento y del empleo, va en la buena dirección", porque es necesario adaptar la economía francesa "a un mundo que cambia", indicó la patronal en un comunicado.

La ley deberá ahora continuar su trámite parlamentario con su examen en primera lectura por el Senado. El presidente del grupo parlamentario de la UMP, Christian Jacob, advirtió a Valls durante el debate previo a la moción de que no intente "bajas maniobras" para pasar la ley por el Parlamento, como someterla a votación "en una sesión extraordinaria en medio del verano".