El botellón abandona las calles de Granada capital y las multas por beber caen un 53%

  • Las sanciones por consumir alcohol pasan de las 4.413 en 2012 a las 2.074 del año pasado.
  • La Policía patrulla regularmente 33 zonas de la ciudad.
  • Los vecinos dicen que las aglomeraciones de gente han desaparecido.
Jóvenes haciendo botellón.
Jóvenes haciendo botellón.
ARXIU
Jóvenes haciendo botellón.

Las cifras de denuncias por consumo de alcohol en los espacios públicos han bajado un 53% en los últimos dos años. Así, mientras que en 2012 la Policía Local realizó 4.413 sanciones, el año pasado el número se reduce más de la mitad con 2.074 multas.

"Esto es síntoma", afirma Telesfora Ruiz, concejal de Protección Ciudadana, "de que el botellón ha desaparecido de las calles de la ciudad". Si se realiza una media de las sanciones por beber en la vía pública en los tres días de fin de semana (jueves, viernes y sábado), "nos encontramos unas 13 denuncias a la semana, que en una capital como Granada repleta de estudiantes es insignificante", agrega la edil.

La vigilancia ha sido esencial, dice la concejal. La Policía Local patrulla de forma programada los fines de semana por 33 zonas de la capital. "Pretendemos evitar conatos en espacios como Glorieta de Arabial, carril bici de Neptuno, escalerillas de la Delegación de Hacienda, Plaza Carvajal, Romanilla, Trinidad o Sócrátes", explica Ruiz.

Los vecinos de los barrios antiguamente afectados por el botellón reconocen que "la cosa ha cambiado mucho y las grandes aglomeraciones han desaparecido para irse al botellódromo", relata José Vargas, presidente de Camino de Ronda. "Aunque siempre quedan los grupos de cuatro o cinco chavales alguna que otra noche", matiza.

Manuel Morales, el presidente de Plaza de Toros, creen «que la crisis ha ayudado a que haya menos estudiantes y menos dinero para salir». En Fígares, Amalia Benavente, representante del barrio, coincide. "Aquí había algunas reuniones de inmigranes en el Palacio de Congresos, pero al tener que marcharse por la situación económica el problema desapareció".

Francisco López de Haro, presidente del barrio de La Rosaleda, reconoce "que ya no hay jaleo en las calles, sólo en la zona de las vías del tren los fines de semana. Aquí sí que haría falta al menos que pasaran más a menudo"

Desde 2013, los menores que son sorprendidos bebiendo alcohol en la calle son llevados a la Jefatura de la Policía Local y se avisa a los padres. En 2013 fueron denunciados 39 menores, el año pasado, 14.  Las sanciones económicas por consumir alcohol en la vía pública llegan a los 1.500 euros dependiendo de la gravedad.

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